Me encanta mirar al sur global, dejar de mirar al norte como si fuera el faro a seguir para la política pública y la economía , por eso escribo en esta columna de lo que ocurre en el Abda Yala y lo que pasa que va dando luz a quienes creemos en otros caminos y mundos posibles como lo que recientemente ha pasado en las elecciones de Colombia, en las por primera vez hubo una candidata a la vicepresidencia Francia Márquez, activista ambiental de la zona del cauca en Colombia y como ella misma se ha descrito en diversas entrevistas “descendiente de esclavizados africanos”, quien desde adolescente aprendió sobre derechos humanos, que ha luchado por el derecho al agua, contra el extractivismo de la minería ilegal por lo que se ha enfrentado no solo a las grandes empresas, sino al propio estado y a las amenazas de los paramilitares en esa zona.
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Francia Márquez impulsó y participó en el 2014 en la movilización conocida como la Marcha de los Turbantes que salió desde su pueblo Cauca, en la que empezaron unas pocas mujeres pero que durante el recorrido se fueron sumando muchas otras y que al llegar a su destino Bogotá eran casi una centena de mujeres, la marcha tuvo como objetivo exigir al Gobierno que retirara los títulos mineros que se habían concedido en el Cauca en las que además se pretendían expulsar a las personas habitantes, a partir de esta acción se lograron parar las órdenes de desalojo y que la Corte Constitucional (un símil de nuestra Suprema Corte) reconociera que la zona de la Toma en el Cauca es un territorio ancestral del que no podían desalojar a quienes lo habitan; por esta y otras acciones recibió el premio medioambiental Goldman en 2018 en su discurso al recibir habló de sus ancestros en las haciendas esclavistas, que resistir no es aguantar, de las personas que sueñan en cambiar el modelo económico de muerte para dar paso a construir un modelo económico que garantice la vida y recordando a otra ambientalista asesinada Berta Cáceres.
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Su salto a la política partidista la realizó junto con Gustavo Petro del Pacto Histórico, que pudo haber elegido alguien más al centro, pero la apuesta fue por esta mujer afrodescendiente, que habla sobre aborto, los y las nadies, las personas de los pueblos originarios, habla de “vivir sabroso”, como ella dice la política que era imposible pensarla desde abajo, desde la gente de las manos callosas, ella, quien fue la segunda más votada en la consulta del Pacto Histórico dejando atrás a los hombres líderes de centro derecha en su país. Escucharla y verla debatir entre los hombres blancos trajeados, contra la política criminal devuelve la esperanza de lo que debe ser la política.
Gracias Francia, nos llegan los vientos de cambio para el Abda Yala, para las mujeres, para las juventudes, para quienes tenemos ganas de que todas las personas vivamos sabroso que no es solamente dinero como ella misma lo ha mencionado: vivir sabroso son las posibilidades de no vivir con miedo, vivir con dignidad, que el estado llegue a cumplir con su mandato constitucional garantizando los derechos para todas las personas, que empecemos por Colombia y que podamos verlo y vivirlo en cada territorio.
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