En últimos años los feminicidios han alcanzado una presencia escalofriante. No hay ninguna parte del país que se identifique como indemne. Generalmente son crímenes atroces en familia con hombres que se envuelven en una inconsciencia violenta, atacando a sus compañeras, incluso, más ofensivos hacia un parte de humanidad con sus propios hijos.
En otros, el amor o sentimientos de compatibilidad son parte de infames acciones. Recordamos, en un municipio del Estado de México, la presencia cotidiana de un septuagenario era bien vista. Empero, fue considerado sospechoso de la desaparición de una vecina. La policía intervino. Al revisar su casa encontraron hallaron restos de 19 mujeres inmoladas. Está en la cárcel.
De los últimos en compendio de víctimas, dos han llamado la atención. El primero en Nuevo León, cuando encontraron el cuerpo de Debanhi Escobar en una cisterna cercana a un motel. El veredicto de la Fiscalía fue que su deceso se produjo por un accidente.
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El padre difirió e insistió en una nueva necropsia, la cual, según los expertos, resolvió que Debanhi falleció asfixiada. Ante esto falta conocer que acciones se toman para investigar y dar con el culpable del hecho. Hubo dos peritajes iniciales que, se dijo, establecieron que la muerte fue por contusión profunda de cráneo.
Después, en Zapopan, Jalisco, Luz Raquel Padilla, de 35 años y madre de un niño de 11 años, diagnosticado con autismo fue agredida presuntamente por cuatro hombres y una mujer, en un parque cercano a su domicilio. La rociaron profusamente con alcohol y prendieron fuego. La hospitalizaron con quemaduras en el 90% de su cuerpo y finalmente pereció.
Antes, ella en redes sociales denunció que era fruto de amenazas de un vecino, que incluso, en las paredes del inmueble donde vivían, en una colonia de Zapopan, había pintado frases amenazadoras. Pedía la intervención de las autoridades. No hubo eco.
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Al final el vecino se presentó y argumentó que su vecina mojaba a su perro, pero que no la había agredido. Está detenido, pero no se han encontrado aún indicios de que fuera el culpable, según la Fiscalía el Estado. El mismo día en que murió Luz Raquel, en Jalisco también, se reportó la agresión contra otra mujer en el municipio El Salto. Dos hombres golpearon a esta fémina en un motel y huyeron al darla por muerta.
En Hidalgo, en los últimos seis meses se acreditaron más de 300 denuncias por abusos sexuales, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
En La Jornada Hidalgo se publicó amplia entrevista con Fari de Ulloa, instructora en Pachuca de Krav Magga, arte marcial israelí. Contó que en una ocasión fue asediada por un robusto varón.
Fari aplicó sus conocimientos y en un dos por tres dominó al sujeto. Este retornó con otro compañero, pero al reconocer las capacidades de la instructora poco gallardamente se retiraron. Pocas mujeres saben de secretos en artes marciales.
Pero no todos estos actos criminales quedan sin castigo. También en La Jornada Hidalgo se informó que la Procuraduría de Justicia estatal ya había acreditado la responsabilidad de M.A.H.P., por el delito de feminicidio en contra de la niña de siete años, Nicole, originaria de Tizayuca, encontrada sin vida el 9 de marzo de 2021. El 2 de agosto se dictará sentencia.
Día a día relatos que se repiten, producen dolor y rabia por no haber forma de disminuir tan desequilibrados homicidios.