BRENDA FLORES

Felicidad áulica

“Solo puede ser feliz siempre el que sabe ser feliz con todo”

Confucio

La felicidad ha sido objeto de numerosos estudios, en sus múltiples conceptos se ha determinado como un estado de ánimo, una emoción, una condición o un estado emocional que se asocia con la plenitud de gozar algo que se desea, siendo un término tan particular, que difiere abismalmente de persona a persona.

Desde 2013, la Organización de Naciones Unidas (ONU) han celebrado el Día Internacional de la Felicidad el 20 de marzo, como reconocimiento del importante papel que desempeña la misma en la vida de las personas de todo el planeta.

En el mundo hay estudios que miden la felicidad de los países. El Índice de Felicidad comenzó a medirse de forma sistemática en 1972 en el reino de Bután pues considera este indicador tan relevante como los económicos, evaluando factores como  salud, educación, nivel de vida, gobernanza, uso del tiempo, cultura y bienestar psicológico entre otros; actualmente, mediciones internacionales consideran factores como el Producto Interno Bruto (PIB), expectativa de vida sana, relaciones sociales, libertad, generosidad y ausencia de corrupción para rankear a los países en torno a su nivel de felicidad.

En lo referente al ámbito académico, ¿es importante la felicidad en la educación? Al respecto existen diferentes estudios, uno de los más significativos es el que plantea el estadounidense Martin Seligman, creador de la psicología positiva, quien determina que la felicidad depende de múltiples factores como hábitos y creencias que son modificables y, por lo tanto, se pueden enseñar, en pocas palabras, los niños pueden aprender a construir su felicidad, tal como aprenden a sumar o a dibujar.

Algunos países en el mundo, como lo es el exitoso caso de Finlandia que ha encontrado la clave del éxito en la educación, considera en los principios ontológicos de su modelo educativo a la felicidad del estudiante como un fin, que dicho sea de paso, este 2021 Finlandia encabeza por cuarto año consecutivo la lista de los países más felices del mundo, de acuerdo con estudio anual de la ONU.

Justamente, Harvard, una de las universidades más prestigiosas del mundo, imparte desde 2006 la Cátedra de la Felicidad impartida por Tal Ben-Shahar, uno de los gurúes del tema en el mundo. A este esfuerzo se han sumado varios países replicando la cátedra y cada vez son más las entidades que se preocupan por incluir este enfoque dentro de sus programas educativos.

El ambiente de felicidad dentro del aula también es determinante para que el alumno cumpla con el objetivo de aprendizaje, pero además obtenga desarrollo personal, que el estudiante esté cómodo y a gusto dentro del salón de clase (o el escenario dispuesto para el aprendizaje) depende en gran medida del docente. Un alumno feliz tiene más ganas, está más despierto al conocimiento, más activo y permite una mejor relación con sus compañeros; no podemos perder de vista que el ambiente áulico en algunas ocasiones puede constituir el lugar más seguro y feliz para algunos alumnos. La felicidad del estudiante debe ser siempre una prioridad en el aula.

La felicidad es una aspiración universal. Sin embargo, la felicidad en este último año está seriamente amenazada. El coronavirus ha traído sentimientos contrarios como desolación, incertidumbre y dolor para millones de familias en el mundo. No perdamos de vista que la felicidad está dentro de cada uno de nosotros y es nuestro deber encontrarla, podemos ser felices al recorrer el camino, no solo en la meta.


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