Felicia Tlalacalco Martínez, mujer indígena originaria de la comunidad Los Reyes, en Acaxochitlán, es un ejemplo de cómo las raíces culturales y los saberes tradicionales pueden convertirse en motor de desarrollo comunitario, identidad y emprendimiento.
Con 40 años y más de una década dedicada de lleno a la medicina tradicional y a la gastronomía, Felicia ha consolidado junto a su familia la Operadora Turística Indígena Triple F, una iniciativa que conecta a viajeros nacionales y extranjeros con las prácticas ancestrales, los sabores del bosque y la espiritualidad de su pueblo.
Aunque su formación técnica fue en informática administrativa, su destino fue guiado desde la infancia por la medicina tradicional y la cocina, dos pilares culturales fundamentales en su comunidad. “Esto se hereda. Desde muy chiquitas ya estamos en la cocina jugando con la masa, con los frijoles, con los chiles. Y en la medicina tradicional, desde antes de los 15 ya hacía limpias y ceremonias energéticas”, comparte.
Con base en San Mateo, Acaxochitlán, Felicia y su familia fundaron el Conservatorio Gastronómico Triple F, espacio en el que rescatan recetas ancestrales, imparten talleres y reciben a visitantes interesados en la cocina tradicional indígena. El nombre Triple F responde a los nombres de sus tres integrantes: Fulgencio (su esposo), Felicia y Fulgencio Jr., su hijo, quienes a pesar de tener formaciones ajenas al turismo o a la gastronomía (química, comunicación y mecatrónica), han construido un modelo de turismo cultural basado en el respeto, la transmisión de saberes y la hospitalidad.
El conservatorio es visitado por estudiantes de gastronomía, turismo y cultura, además de turistas de países como Francia, Inglaterra, España, Venezuela, Colombia, Chile, Argentina y Estados Unidos. “Cocinamos con pocos ingredientes, pero hacemos maravillas. Enseñamos cómo recolectar del bosque, cómo hacer nuestras quesadillas de flores del llano y otras delicias que solo se encuentran en temporada”, explica.
Impulsa el papel de las cocineras tradicionales como guardianas del patrimonio
Además de su rol como cocinera, Felicia también es mujer medicina. Se ha especializado en ceremonias de agua y fuego para la transmutación de energías, y ofrece curaciones que pueden durar hasta hora y media. Aunque reconoce que el camino no ha sido fácil particularmente por la falta de comprensión de algunos sectores médicos, defiende la medicina tradicional como un acto de sanación profundo y culturalmente enraizado. “Hay una diferencia entre quien limpia y quien cura. Lo nuestro no es pasar un huevo y ya; es un proceso de acompañamiento”, enfatiza.

La operadora turística indígena Triple F, con apenas dos años formalmente constituida, ha logrado posicionarse en plataformas especializadas como Utopía, reconocida internacionalmente, y colabora con proyectos en Puebla, como en Huauchinango, además de establecer alianzas con restaurantes, colectivos artesanales y redes turísticas regionales.
El esfuerzo de Felicia y su familia va más allá de la promoción del turismo alternativo. También busca el fortalecimiento del papel de las cocineras tradicionales como guardianas del patrimonio. Ha sido invitada como ponente y jurado en eventos gastronómicos, aunque lamenta no haber podido concursar más veces debido a sus múltiples compromisos. “Primero fui jurado que concursante”, dice entre risas. “Pero siempre lo hago para respaldar a otras cocineras que necesitan una mano amiga para salir adelante”.
Uno de sus mayores logros, afirma, es haber dejado atrás una carrera profesional convencional para abrazar su vocación de sanadora y cocinera. “Este camino me ha enseñado que nuestra cultura es poderosa, que lo que somos tiene valor y que debemos defenderlo y compartirlo con orgullo”.
Hoy, Felicia Tlalacalco representa una de las muchas voces de mujeres indígenas que, desde sus comunidades, transforman la visión del turismo al convertirlo en una experiencia viva, ancestral y profundamente humana. Desde la cocina, la medicina y la palabra, invita a reconectar con la tierra, los sabores y el espíritu.

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