Hemos pasado de un celebrar y conmemorar un día a todo un mes.
Eventos donde se iluminan edificios, banderas extendiéndose en oficinas gubernamentales, eventos presenciales y en línea, exhortos en los Congresos y uno que otro foro. Marcas, comerciales, aparadores, anuncios en paradas de autobús, pasos peatonales. Todos pintados de la bandera LGBTIQA+ ¿Y luego qué?
La mayoría de las veces, silencio.
Silencio ante crímenes de odio, feminicidios y transfeminicidios.
Ignorancia sobre la migración y el desplazamiento forzado.
Indiferencia ante personas que aún malgenerizan a otras.
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Omisión para asignar presupuestos y hacer seguimiento sobre políticas que busquen erradicar la violencia y discriminación.
Total negligencia de varios negocios y espacios laborales que discriminan en el día a día a sus trabajadores.
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Las personas que somos parte de las disidencias sexogenericas existimos todos los días, a todas horas y todo el año. Por esa razón un mes a lo mejor puede ayudar a visibilizar pero necesitamos más acciones, presupuesto, políticas para lograr construir una sociedad igualitaria, libre de discriminación y violencia.
Necesitamos construir también desde la alegría, desde la resonancia y la ternura.
Y seguir exigiendo, no quedarnos calladxs ante lo que veamos día a día.
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