Mario Marín, exmandatario de Puebla, está en la cárcel. Enfrenta acusaciones de la periodista Lydia Cacho quien fue torturada siguiendo sus órdenes.
A Félix Salgado Macedonio, avalado por Morena, candidato a la gubernatura de Guerrero, lo señalan por acoso contra cuatro mujeres.
Marín, en calidad de prófugo, fue detenido en la casa de su hermana, en Acapulco. Lydia Cacho inició una larga travesía exigiendo justicia, Por instrucciones del exejecutivo la llevaron desde Quintana Roo hasta Puebla en donde fue torturada en el mandato de quien fue denominado “el gober precioso”.
Ella escribió Los demonios del Edén, impactante relato de lo que padeció por lo dispuesto por Marín quien formalmente preso ha esgrimido titubeante defensa. Tiene en contra una conversación telefónica que lo involucra.
De Félix Salgado, para conocerlo, el columnista de Astillero, en La Jornada, Julio Hernández López, reprodujo entrevista que en 2017 condujeron Federico Sariñana y Juan José Contreras en radiodifusora de Chilpancingo.
Se sinceró el autodeterminado Toro sin cerca:
“Yo tengo más negativos que positivos. Yo sé que no estoy compitiendo para cardenal ni tampoco soy santo. Cuando me dicen: Oye, hay que fortalecer aquí porque andas bajo, la fama es mala, muy mala: mujeriego, parrandero, jugador, borracho, todos los vicios de Gabino Barreda y de Simón Blanco me los juntaron” ¿Y los tiene, se le preguntó? “Sí”, contestó. E insistió: “cuando me dicen: Oye, hay que corregir eso, y yo les digo: ¡Ay, no manchen! Ahora, a mis 60 años, me quieren quitar todo eso. No pus no, yo ya estoy viejo: árbol que crece torcido jamás su tronco endereza (…) Yo así soy, soy incorregible, soy impredecible, soy incalumniable, todo lo que digan de mí es cierto”.
Y solo, en colofón, lo que expresó Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación:
“Una condición necesaria para contender por un cargo de elección popular es respetar a las mujeres y no haber ejercido violencia en su contra”.
Las sentidas condolencias
A todas las familias, sin excepción, de quienes han fallecido por Covid-19, serán acompañadas por hoy y siempre de sinceras condolencias.
Hay casos cercanos en que al conocer a las víctimas y a quienes vivieron a su lado, la solidaridad se acentúa. Se les trató y se acrecentaron afectos.
En Hidalgo, para el reportero, dos casos.
Con el ingeniero Benjamín Rico Moreno se platicó en diversas ocasiones de su transcurrir en el servicio público.
Alguna vez enfrenó, junto con Eugenio Imaz Gísper, un desafortunado accidente en el bulevar Felipe Ángeles, cuando fueron literalmente impactados por novel conductor.
Afortunadamente el tiempo les devolvió la salud.
No conocimos a la mamá del ingeniero, María Elena Moreno Martínez, quien falleció en este febrero. Hoy le extendemos sentido pésame, invocando resignación aunque no desde luego olvido.
En iguales condiciones surge en la memoria Patricia González Valencia, alcaldesa de Villa de Tezontepec y quien murió, también en este febrero víctima de coronavirus.
El calificativo es corto por su gentileza: respetable y talentosa dama.
Tres veces hubo oportunidad de charlar con ella. Dos cuando fungía como directora del DIF estatal y otra en calidad de delegada de Sedesol.
Una mañana, tras garrapatear apuntes sobre sus tareas en el DIF, miró de hito en hito al reportero, y no se olvidan sus palabras: “Está usted muy pálido, le voy a traer unas hierbitas de Ixmiquilpan. Se va a componer”.
No más de pasados diez días envío lo prometido, recomendando consumirlas en dos tés al día.
Mucho sirvieron para restablecer energías. Lo pálido, desmejorado, no varió.
Gracias, señora.
Sugerimos: Democracia: la voluntad necesaria
Deja una respuesta