Esperanza

Es diez de mayo del año 2025, estoy sentado en un escritorio de un hotel en la ciudad de Dallas, Texas, pienso en qué ha ocurrido para que llegara a este sitio. Afuera las avenidas de cuatro carriles sienten el fluir de automóviles que apresurados van a su destino. A unos metros de aquí se celebra el Torneo Mundial de Robótica VeX Competition 2025, el más grande del mundo. En este torneo participan 64 países, niños, niñas y jóvenes de todos los países del mundo han venido a esta ciudad con la ilusión de concursar y demostrar que son los mejores de los mejores.

El VEX Robotics World Championship 2025 es el campeonato mundial más importante en el ámbito de la robótica educativa, organizado por la REC Foundation (Robotics Education & Competition). Reúne a miles de estudiantes de primaria, secundaria, nivel medio superior y superior de todo el mundo para competir en desafíos de robótica con un enfoque en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM).

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La delegación mexicana que participa en esta ocasión está representada por equipos de Tamaulipas, Baja California Sur, Chihuahua, Quintana Roo, Durango, Jalisco, Yucatán, Nuevo León, Michoacán, Coahuila, Estado de México, Tabasco e Hidalgo. Los representantes de Hidalgo son 25 jóvenes y docentes de la Universidad Politécnica de Tulancingo, la Universidad Tecnológica de la Huasteca y el Conalep Hidalgo.

Durante la inauguración del evento, entre los organizadores, al contar sobre la historia de esta competencia, aún se cuenta la historia de que la Tecnológica de la Huasteca Hidalguense fue el primer equipo mexicano en ser campeón mundial, y que en los últimos 10 años, a pesar de existir algunos otros equipos que han destacado y obtenido buenos lugares, sólo un equipo de la Universidad Tecnológica de Gutiérrez Zamora, ha logrado tal hazaña.

Mientras hacía el recorrido por los pasillos pensé en Byung Chul Han y en lo que dice sobre la vida y el nuevo orden digital, el filósofo ha apuntado que “Vivimos en una sociedad en la que lo digital lo ha invadido todo. Todo lo que antes se hacía por otros medios se puede realizar en la actualidad con un dispositivo electrónico: un ordenador, una Tablet, un móvil. Esos instrumentos estarán cada vez más fusionados con nuestro cuerpo y conectados con todo lo que nos rodea. La tecnología digital ha pasado por tres fases. Una primera fase sólida, en la que el acceso estaba limitado a determinados espacios y, en consecuencia, a unos tiempos también determinados. Es la época del ordenador de mesa. La segunda fue la fase líquida, en la que la tecnología nos acompañaba y permitía el acceso continuo y desde cualquier lugar. Es la época del móvil, la Tablet y el ordenador portátil. Finalmente, llegamos a la fase gaseosa, en la que la tecnología es el mismo aire que respiramos pues ya no nos resulta posible vivir sin ella y está presente en todos los espacios y momentos de nuestra vida: “la smarthome transforma todo el hogar en una prisión digital que registra de manera minuciosa nuestra vida cotidiana”.

Han señala: “esa envoltura digital, al hacernos completamente transparentes, nos transporta progresiva e inadvertidamente a un mundo virtual que desplaza el mundo real. Nuestra vida “real” pasa a ser la que vivimos en el metaverso, mientras que la que vivimos en el mundo físico y contingente se va convirtiendo en un anacronismo: “el orden terreno está siendo hoy sustituido por el orden digital”. Es imposible que esto no nos afecte.

Deseo terminar de escribir este artículo. Estoy divagando sobre estas ideas mientras veo que el sol se filtra hasta inundar la habitación, pienso en la emoción de los integrantes de la delegación de Hidalgo que están participando en el mundial de robótica, en lo que significa llegar hasta aquí, pienso en mi madre que murió hace cinco años y siento la necesidad de llamarle a mi hija, siento nostalgia por el pasado, pero mucha esperanza de lo que vendrá.

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