El valor de una mascota en el aula

Para muchas personas las mascotas son más que acompañantes, son soporte, amigos y hasta parte de la familia, pero también hay un apartado muy importante que es el de servicio, donde sus aptitudes especiales los convierten en los ojos, la guía o el todo de alguien.

Existen muchos elementos de apoyo a la educación que pueden ser tan amplios y diversos como el estudiante lo demande y la realidad lo permita.

El tener una mascota al alcance para apoyar el proceso enseñanza-aprendizaje no es el hecho de llevar tu mascota al aula o tenerla cerca para hacer la tarea, es generar un ambiente para poder integrar un animalito al salón de clases.

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Las mascotas en el aula no es algo nuevo, pero si cada vez más común por sus múltiples beneficios, ya que pueden disminuir la tensión de la vida escolar, bajar niveles de estrés, generar un ambiente de respeto, así como fortalecer sentido de la responsabilidad, y esto, indiscutiblemente abona a un ambiente propicio para el aprendizaje.

Pero ojo, no hay que confundirlo con el hecho de que algún alumno requiera de un apoyo especial, porque entonces estamos hablando de un animal de servicio, entrenado para cumplir con un fin, tampoco me refiero a la Intervención Asistida con Animales que es una modalidad terapéutica.

Se debe ser responsable y dimensionar que no es llevar por llevar un animalito al salón, antes de introducir una mascota al aula deben asegurarse de que los alumnos no presenten algún tipo de alergia y que haya aceptación para esta dinámica.

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Se sugiere el asesoramiento de un experto sobre el animal que mejor responda a los horarios, cuidados y dinámica áulica, suelen ser animales domésticos y aunque perros y gatos son las mascotas más comunes, no son los más apropiados para tener en el salón, aquí los más recurrentes son los peces, roedores, conejos, algunos reptiles pequeños y hasta aves.

En especial durante la educación inicial las mascotas en el aula son de gran apoyo socioemocional para alumnado y profesorado, también es común ver en los planteles perros como mascotas, que pasean por todo el campus y reciben alimentación, cuidado y mimos de la comunidad.

Sin duda, en condiciones propicias, una mascota en el aula puede traer amplios beneficios para todos quienes conviven en ese ambiente, el aula dejó de ser un espacio cuadrado con el pizarrón y el docente al frente para convertirse en un agente de cambio social que se aprecia con este tipo de acciones.