Ya estamos prácticamente en el cierre de la jornada electoral, en el que en realidad en ningún momento vimos propuestas claras sobre lo que necesita la ciudad o el estado, fueron campañas como en el caso de la coalición “Juntos sigamos Haciendo Historia” que solo se dedicaron a repetir muchas de las cosas que a nivel federal se le ha llamado el segundo piso de la transformación, que es lo que realmente les hará ganar escaños en el estado; en la otra coalición integrada por PRI/PAN/PRD, fue exactamente lo mismo pensar que pueden parar el movimiento que construyó por años el presidente Andrés Manuel no les ha rendido frutos, eso sí, el haber utilizado a Xóchitl Gálvez en esa candidatura presidencial, hará que varios que llevan años en la política tengan sus candidaturas plurinominales aseguradas como es el caso de los presidentes de estos partidos.
A diferencia de lo que pasó con las candidatas para el Senado en Hidalgo, el debate de los hombres tanto por la presidencia municipal de Pachuca como del Senado, fue sin una sola alusión personal, sin denostaciones, se nota que en el poder los hombres pactan entre ellos, a diferencia de las mujeres; en la política hay cosas tan establecidas que son fácilmente perceptibles de ver, los puestos de la zona metropolitana tanto de presidencias municipales como de diputaciones locales son para los hombres cercanos al gobernador, las reuniones para hablar “del proyecto”, lejos de los movimientos sociales pero muy cerca del empresariado de donde han salido estos cercanos, es decir, lejos están las pocas mujeres (que están ahí, más por los logros legislativos que por convencimiento de quien gobierna).
Recientemente, la feminista española Nuria Varela ha sacado su libro El síndrome de Borgen, en torno a las reflexiones sobre este tema: las mujeres en la política y su ausencia en la toma de decisiones a pesar de los avances sobre la igualdad y la paridad, en varios casos que hemos visto en Hidalgo, eso es claro, cuando no se ven propuestas sobre las situaciones y condiciones de las mujeres, las que han llegado, ocupado puestos, sin que veamos que realmente vayan transformando las realidades, al contrario, el conflicto en la Escuela de Música, el Instituto Hidalguense de las Mujeres, repitiendo las prácticas de apoyos clientelares en la Secretaría del Bienestar. El caso de Xóchitl como el de algunas candidatas a nivel local nos muestra este síndrome de Borgen alineado al poder y sin decisión de lo que ellas podrían transformar.
Mi pecho no es bodega. Esperemos que los recientes cambios en la dirección del Centro de Justicia para las Mujeres, que la llegada de la maestra Isabel Sepúlveda traiga mejores resultados para el acceso a la justicia, varias activistas y feministas hemos identificado diversas barreras y obstáculos en los casos que acompañamos, por ello es que agradecemos al procurador Francisco Hernández la disposición a seguir trabajando en conjunto con sociedad civil y abrir las puertas para poder tener reuniones con otras funcionarias para que podamos llevar a cabo mesas de trabajo, eso es lo que debe ser un gobierno y un funcionario de puertas abiertas.
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