El pragmatismo político de la elección de 2023

“En la tradición religiosa, el infierno es el lugar donde pululan las almas impuras y percibí que la corrupción que se da en la parte electoral cabe perfectamente en este concepto”. Así es como Bernardo Barranco, autor de “El regreso al infierno electoral. Las elecciones de 2023 y el juicio final del PRI”, describe el proceso electoral de 2023, tema central de este libro.

El texto es una compilación de 11 ensayos y artículos realizada por el autor, quien coordina los trabajos que exponen y exhiben, en más de un caso, el funcionamiento de un sistema político-electoral muy complejo pero bien coordinado que sirve para el mantenimiento de un status quo de la clase política estatal.

Foto: Especial

“Este libro nace justo en el inicio del proceso electoral, es un libro ya no de exconsejeros o exparticipantes de estructuras electorales sino es un libro de periodistas, es un libro de académicos y algunos exconsejeros”, afirma Barranco.

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La característica principal, segúnexplica el autor es que “combino, entre los autores, analistas a nivel nacional con analistas y periodistas a nivel local porque uno encuentra, sobre todo en los analistas globales de la política, cualquier cantidad de barbaridades que dicen sobre el Estado de México, no lo conocen”.

En su propia descripción Bernardo Barranco habla sobre el contenido y los autores: “a nivel nacional está Julio Astillero, muy reconocido colega nuestro en La Jornada; Fabrizio Mejía, también colega nuestro en La Jornada y muy reconocido analista en términos políticos plurales; Álvaro Delgado, que también en los últimos años ha descollado de manera muy importante, es decir, líderes de opinión que hablan del Estado de México”.

En un segundo grupo pero al mismo nivel, aclara, “tenemos una constelación muy bien armada de periodistas locales que conocen: Israel Dávila, que trabaja el (tema del) Salario Rosa; estamos hablando de Enrique Gómez que trabajó durante muchos años la parte mediática, la conoce, es apasionado y Tere Montaño que tiene muchos arrestos para denunciar en sus artículos, que ha sido perseguida”.

Por último pero no menos importante, Bernardo Barranco considera a un grupo que identifica como más académico “como (Alberto) Aziz que compara globalmente la elección de 2017 con la de 2023; (Gabriel) Corona que hace un esfuerzo pensando en la gente de afuera y cómo entender la cultura política en el Estado de México; yo trabajo el tema del Instituto Electoral y además está el tema de Verónica Veloz que es un testimonio que denuncia violencia laboral y violencia política en razón de género realizada, paradójicamente, por las propias mujeres que tienen poder al interior del Instituto”.

Como lo resume el autor “hay un equilibrio y la idea es tanto mexiquenses como gente de fuera del estado que entiendan los principales intereses que están en juego, los entretelones que se están planteando y, sobre todo, la proyección que tienen, y el libro lo que plantea es: que a diferencia de otros que eran como puros clichés y eslogan: “laboratorio de…”, “la joya de la corona”, “la madre de todas las batallas”, por el tamaño del estado, evidentemente, y por la cercanía con la presidencial, hoy por hoy, la elección del Estado de México es, verdaderamente, la antesala de 2024, lo que pase o deje de pasar va a tener una incidencia directa en lo que vamos a vivir en la sucesión presidencial en donde hay mucho en juego”.

-Tú mencionas en el libro: “El PRI se juega su disolución” y aclaras “no nos referimos solo a estructuras ni a diversas generaciones de militantes, sino a símbolos y referencias de potestad absolutista; lenguaje y códigos de poder que imperan en la cultura política de la entidad” ¿está en juego un cambio? ¿Esta elección es una lucha entre formas de hacer política en el Estado de México? ¿Lo ves así? ¿Es lo que nos tratas de decir en el libro?

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Bernardo Barranco se toma un par de segundos para meditar su respuesta y después dice:

-Por supuesto, ¡claro! Uno de los aspectos que está en juego es, efectivamente la forma en que se hace política en el Estado de México ¿por qué? Porque dependiendo del resultado el poderoso Grupo Atlacomulco, su forma regular de actuar está en cuestión y está en juego.

Precisa, desde la perspectiva que se expone en el libro, lo que representa el Grupo Atlacomulco como “la mezcla entre negocios, dinero y política y poder, es decir: políticos que hacen negocios y gente de dinero y gente de poder, empresarios que hacen política; esa es un poco la esencia, cuyo pivote es el gobernador en turno quien distribuye, etcétera”.

Barranco advierte que “esto, dependiendo del resultado, puede venirse abajo y venirse abajo significa un duro golpe al Grupo Atlacomulco, hay que recordar que el llamado Grupo Atlacomulco no es solamente la élite política, no solamente son los grandes machuchones del PRI y el gobierno en el poder ¡no! Incluye también una alta gama de funcionarios, de altos funcionarios de gobierno, incluye también instituciones que supuestamente son, incluso, autónomas del gobierno como: derechos humanos, transparencia, etcétera; incluye universidades, la conducción de la Universidad, e incluye instituciones como las electorales, incluye también a ala oposición, sectores de la oposición”.

El coordinador de los textos destaca sobre este Grupo “Francisco Cruz hace un espléndido montaje; casi, casi arqueológico: ¿De dónde viene? ¿Cómo se fue formando? ¿Cuales son los primeros trazos?… Fabrizio Mejia lo remata diciendo cuál es la actualidad de ese grupo, como se le ve a ese grupo desde la Federación”.

Barranco considera “faltaron muchas cosas pero creo que por lo que está ahí, para el proceso electoral actual, pues el lector tendría los elementos para estar al día” y remata “lo electoral es la puerta de entrada al poder, y como lo planteo en el libro, es: conquistar el poder no importa cómo o mantener el poder no importa cómo, no importa con quién y no importa el costo; es decir, es el pragmatismo absoluto, entonces los ideales, la lealtad, los principios quedan totalmente desfondados frente una postura, diríamos diabólicamente pragmática”.

Por J. Israel Martínez