Rumania fue el país que vivió uno de los momentos más chuscos del deporte luego de marcarse una pena máxima. En una primera instancia el arquero detuvo y el silbante repitió y amonestó al guardameta; se volvió a tirar y atajó de nuevo, de igual forma fue repetido y el portero expulsado.
En la reanudación con portero nuevo el equipo rival también cambió al tirador y éste mandó su tiro a as tribunas, a final de cuentas le meta permaneció imbatida.
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