Con el auge de los dispositivos móviles y redes sociales asociados a la inmediatez y facilidad en su uso, aparecen alternativas de entretenimiento, información y educación en pequeñas dosis que encantan a los consumidores.
Hoy hablaremos de nueva cuenta de un recurso favorecedor y bastante recurrente en todos los niveles educativos, me refiero al microlearning o microaprendizaje, que consiste en dividir el conocimiento en pequeñas cantidades, para explicar brevemente conceptos, temas o contenidos diversos.
En realidad, los microcontenidos no se utilizan en el ámbito educativo, están prácticamente en todos los contextos y muchas veces los consumimos sin saber que se trata de esta denominación, por ejemplo, en nuestras redes sociales con noticias, recetas de cocina o trucos para resolver algo, cuya duración sea corta.
Pero específicamente para en un ambiente escolar, es una experiencia formativa de corta duración con un objetivo bien definido que resulta de la combinación de características de diferentes sistemas de aprendizaje y es muy recurrente su utilización porque permite habilidades o conocimientos concretos en poco tiempo.
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Hay estudios que señalan que las probabilidades de alcance y retención del aprendizaje con este método se incrementan sobre los tradicionales, lo que propicia todavía más su utilización, se puede ocupar en todos los niveles educativos siempre que los contenidos sean diseñados para cada etapa.
Desde luego que el microaprendizaje es un apoyo educativo que se puede insertar en diferentes sesiones, no es algo reciente, pero su popularidad viene de la mano a que responde a los hábitos de consumo y a la usabilidad tecnológica del alumnado, es accesible, dinámico y cumple con una función educativa específica.
Para ejemplificar el microaprendizaje podemos señalar las infografías, tutoriales, microvideos, podcasts, los contenidos de la famosa aplicación Duolingo o de la plataforma TedTalks.
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Es ampliamente recomendable como complemente del trabajo docente, su utilización tiene enormes ventajas ya que se aprende lo que se necesita en el momento, es económico y cada vez hay más opciones gratuitas.
Otras de sus bondades es que el microlearning suele ir en función del propio ritmo del alumno, fomenta el autoconsumo, se focaliza a una temática concreta, el acceso a contenidos puede ser en el momento deseado, cubre diferentes estilos de aprendizaje como consecuencia de su formato diverso y muchas más.
Pero ojo, no es ideal para temas complejos ni para una formación a profundidad; aquí lo recomendable es descomponer los contenidos en partes simples y utilizar el microaprendizaje como un complemento.
Si no lo has utilizado en clase, no te pierdas esta oportunidad, vale la pena incluirlo porque la refresca y colabora con el objetivo de aprendizaje deseado, en la red hay muchas opciones al alcance que son libres o si lo prefieres, puedes armar tus propios contenidos, al alumnado le gusta y lo disfruta.