Ya anunció que en cuanto se publique la convocatoria irá por la candidatura al senado de su natal Querétaro y en una eventual oportunidad, buscará gobernar su estado; mientras se entretiene con el maxi proceso derivado de la que él mismo denominó como la “Estafa Siniestra”, que le ha valido al gobierno de Julio Menchaca mostrar que la lucha contra la corrupción y la impunidad “va en serio”.
En efecto, se trata de Santiago Nieto Castillo, el mediático encargado de despacho de la Procuraduría General de Justicia, quien llegó al estado con un cartel relevante, luego de su paso por el Instituto Nacional Electoral (INE) y, de manera muy particular, en la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), desde donde puso en jaque a muchos personajes de la vida pública nacional, como ocurrió con los funcionarios de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo UAEH), lo que derivó en el encarcelamiento del jefe político de quienes administran a la máxima casa de estudios, Gerardo Sosa Castelán.
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También dejó adversarios en Tamaulipas, donde acudió a apoyar al gobernador Américo Villarreal, en su proceso de entrega recepción, y cuando se pensaba que se incorporaría al gobierno de esa entidad, decidió venir a Hidalgo, donde sostiene una lucha perruna para encarcelar a todos aquellos que tuvieron qué ver con la Estafa Siniestra y otros saqueos a las arcas públicas en dependencias como la SEPH, Finanzas, Salud y Oficialía Mayor, en el gobierno de Omar Fayad.
Pero, como toda figura pública, también tienen sus malquerientes y apenas el lunes pasado, le periodista Lourdes Mendoza, en el diario El financiero, titulada “Santiago Nieto, el mejor ejemplo de que los carniceros de hoy serán las reses del mañana”, que revela presuntas denuncias en México y Estados Unidos por “crear desde la UIF casos para perseguir políticamente a los incómodos del sistema, y de paso, enriquecerse, sino en Estados Unidos”. Hay que recordar que Nieto Castillo tuvo que dejar la UIF, luego de hacerse pública su boda, celebrada en un lujoso lugar de Guatemala, a la que acudieron diversos personajes de la vida pública de México.