Es inevitable no hablar del conflicto que tiene en este momento la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) que revive además el cacicazgo de un grupo porril que ha sido documentado por el periodista Alfredo Rivera Flores en su libro La Sosa Nostra y por diversas columnas que realizó por décadas Miguel Ángel Granados Chapa.
Así fue, que desde la Universidad este grupo se fue incrustando en la política partidista de todos los espectros políticos desde luego con el partido hegemónico durante 90 años el PRI, el PAN, Alternativa Socialdemócrata (donde yo los padecí para arrebatarnos espacios a feministas que lo habíamos fundado), un partido que no logró el registro pero llegaron a algunos espacios municipales, impulsaron una candidatura “independiente” contendiendo por la presidencia municipal de Pachuca, lograron infiltrarse en Morena y en estos acuerdos que se hicieron por todo el país para lograr la presidencia, y recientemente fueron el grupo cercano a Adán Augusto para la contienda interna; tuvieron un periódico, El Independiente, que de acuerdo con las versiones del propio Grupo Universidad cerraron por el congelamiento de las cuentas que hizo la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) que dirigía en ese entonces nuestro actual procurador Santiago Nieto al que este mismo grupo se le han logrado colar con una de sus máscaras como “sociedad civil” a través de la Fundación Hidalguense, peor aún desde la causa feminista abanderando temas de violencia digital contra adolescentes y jóvenes pero que contradictoriamente no han sido capaces de atender ante los propios reclamos de sus alumnas por los casos de acoso sexual de diversos profesores en el Instituto de Artes y el maltrato de la actual directora María Teresa Paulín Ríos de la que piden su destitución.
Este polvorín rápidamente ha empezado a escalar, uniéndose padres/madres de familias, personas egresadas, organizaciones civiles, otras universidades privadas y debe servir para que no solo la UAEH atienda los reclamos de violencia sexual y acoso, sino los que están pendientes en otras instituciones públicas como la Universidad de la Música que Tania Meza no ha querido atender, el Instituto Tecnológico de Pachuca, etc. Y que nadie le eche más leña al fuego como Guillermo “patán” Olivares con tan nulo tacto político al criminalizar al estudiantado, pero además, sin recordar que muchas protestas de la izquierda para lograr la justicia social se han dado de esta manera, no lo puede comprender alguien que por usar chaleco guinda piensa que eso es la izquierda.
Pero ante este conflicto ¿Será que por los siguientes comicios electorales la UAEH no quiere resolver el conflicto para ser una piedra en el zapato del gobierno de Julio Menchaca? ¿Se están juntando los autodenominados fundadores de Morena con Grupo Universidad? Recordemos lo que pasó recientemente con el Mexe. ¿Presionar para lograr espacios? Mientras estas preguntas se despejan, esperemos que otras/os funcionarios públicos que tienen que ver con la educación pongan sus barbas a remojar y resuelvan las distintas peticiones de acoso y violencia sexual.