Escribe Mauricio Mejía en su libro Golpe a Golpe. “El boxeo en México no es un simple deporte. Menos devoción o religión. Es entraña, hígado, corazón. Es el verdadero sismógrafo del fervor nacional”.
En apartados consigna historias de pugilistas que en sus momentos de esplendor fueron verdaderos ídolos, aunque a alguno se les recuerda por añejas alusiones en medios.
Entre estos, Rodolfo “El chango” Casanova, Alberto “Baby Arizmendi, Joe Conde “El caballero del ring”, Juan Zurita y Luis Villanueva Kid Azteca.
Más cercanos en calendario, José “Toluco” López, Raúl “Ratón” Macías, Ricardo “Pajarito” Moreno, Vicente “El zurdo” Saldívar, José Becerra, Efrén “El alacrán” Torres, Ultiminio “Sugar” Ramos, José Mantequilla” Nápoles, Rubén “El púas” Olivares, Carlos “El cañas” Zárate, Guadalupe “El grillo” Pintor, Salvador “Sal” Sánchez, Ricardo ”El finito” López y Julio César Chávez “JC”.
Mejía nació en la Ciudad de México en 1972. Es egresado de la FCPyS de la UNAM. Premio Alemán de Periodismo. Ha colaborado en la revista Proceso.
De Casanova, su apunte:
“El presente es aquellos días, ásperos, de los que solamente quedan cicatrices. Días prehistóricos de arenas llenas, matracas, giras, dinero a manos llenas, botellas vacías y noches de 72 horas; días en los que la prensa lo elevó a la categoría de ídolo invencible en un país de héroes derrotados”
Sobre Kid Azteca cuenta:
“Un día se fue a la Argentina, donde todo es lejos y el cielo es otro cielo, el Kid tomó un café expreso doble cortado y preguntó: ¿En dónde estamos, que tan cerca está México? ¿Lejos, o muy lejos?”.
-Mi Kid –le respondieron como si bromeara, algo más que lejos.
-¿Y en pulman?
-Aún lejos, mi Kid.
Sobre Toluco.
“Lo cierto es que José López, recién terminó los estudios primarios, se contrató como ayudante de albañil, oficio que moldeó sus puños, duros como el concreto. Su mano de obra ayudó a terminar la Plaza de Toros El Toreo, que inauguraron, en 1947, Lorenzo Garza, El Soldado y Jorge Medina.
En menos de tres años fue uno de los mejores gallos del mundo.
¿Y de Raúl Macías?
En sus mejores momento, Raúl “Ratón” Macías gozó de una popularidad impresionante.
“Verdadero ídolo del país. No bebe. No fuma. No es poeta maldito. Dice que todo se lo debe a su mánager y a la Virgen de Guadalupe”.
Ricardo Moreno, “El pajarito”, otro caso de natural empatía con los aficionados.
“Pocos boxeadores –es más, pocos seres humanos- se han tomado la vida como una afrenta total y permanentemente. Ricardo no vivió en el ring, ni fuera de él: combatió a la existencia, a la que creía causante de sus males”.
El nacido en 1937 en Chalchihuites, Zacatecas, Llegó a decir: “Nunca me sentí tan bien como cuando veía a mi rival noqueado. Era una sensación de placer. En el ring y fuera de él. Cuando mi adversario me decía: ‘Ya, no te mandes’, más duro le tundía al desgraciado”.
Y otro más, polémico, figura igualmente: Julio César Chávez.
“A César Chávez no le gustó la escuela. Dicen los que lo conocieron que le molestaba que se impartiera solo en inglés, cuando él estaba acostumbrado al español.
“El final formal de la Revolución del puño se produjo el 23 de julio del 2000, veinte años después del comienzo, Chávez cayó noqueado en el sexto ante Kostya Tszyu, en Phoenix”, no muy lejos de Yuma y del sendero de las victorias.
Primera edición en ediciones Proceso, junio de 2020.
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