El gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa, ha descartado esta mañana que la introducción del bebé Tadeo al Centro de Reinserción Social de Puebla (Cereso) tuvo como móvil el trasiego de drogas ni tampoco el uso del cadáver para ritos, como se ha especulado en medios de comunicación, y sugirió que los restos fueron usados por reos que pretendían desestabilizar a la penitenciaría.
El mandatario ha dedicado casi toda la rueda de medios que ofreció este viernes a hablar sobre el caso del bebé Tadeo que ha concitado la atención de la opinión pública nacional, luego de que la noche de ayer la Fiscalía General del Estado (FGE) emitió un boletín dando a conocer que había esclarecido el delito con la aprehensión de dos mujeres y la solicitud de imputación en contra de tres hombres más, sin ofrecer más detalles.
Barbosa dijo que hoy iniciará el proceso contra las dos féminas, una de las cuales fue la que introdujo al menor en la cárcel y será ella quien aporte más elementos para conocer el verdadero móvil del asunto, pero, de entrada, manifestó que el cuerpo del niño de tres meses que fue exhumado de un panteón ubicado en Iztapalapa, en la capital del país, no fue usado para ingresar estupefacientes ni para actos de hechicería, sino para desestabilizar el penal.
De hecho, desde la víspera, el titular del Poder Ejecutivo dijo claramente cuál puede ser el origen del crimen, en una entrevista que le hizo Televisa Puebla: “la respuesta más aproximada de por qué lo metieron y más posible, es que lo hicieron para desestabilizar el reclusorio, la lucha por el control de los reclusorios es permanente y entonces siempre hay una disputa en donde participan los reclusos en bandas que ahí se forman”.
Por La Jornada de Oriente
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