Gobernador electo de Hidalgo, Julio Menchaca Salazar habla de su inmediato porvenir, pero también da espacio a lo que conoció “en ese Pachuca de antes”. Lo hace en la casa construida en 1881 y que sus padres adquirieron entre 1955 y 1956. Es su centro de actividades. Ha contado: “El Jardín Colón, centro de esta que es mi zona; y también el Parque Hidalgo o el Teatro San Francisco”.
Aquí se prepara para tareas propias de su encomienda, como decidir quienes le acompañarán en su gestión.
Ya es la tarde de un día algo pintado de gris, y en su despacho, con inmensa mesa rectangular, dice de nombres, por hoy fruto de especulaciones. “Reviso perfiles, no me corre prisa. La paridad de género respetada. Capacidad, lealtad, no expresamente a mi sino al movimiento”.
Asienta que es trabajo de reingeniería. Adelanta que nadie percibirá más que el salario del Ejecutivo estatal, hoy determinado en 75 mil 605 pesos. Y de evocaciones, señala que Guillermo Rossell lo invitó en lo que fue su primer empleo en la administración pública.
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Anuncia que visitará las cabeceras de los distritos electorales y federales. “Será una forma de agradecer el apoyo que se me brindó. Más que nobleza, obliga gratitud”.
Casado con María Edda Araceli Ramos, refrenda lo que le ha significado en su vida. “El próximo 4 de julio cumpliremos 35 años de nuestro enlace, en 1987”. Considera que su esposa está más que preparada con disposición y conocimientos para encabezar el DIF estatal. “Es licenciada en sicología. Trabajó en educación especial y es experta en tanatología”.
Apunta que tuvo una buena relación con Omar Fayad. Sonríe y se reacomoda en su asiento. Luego revela que el 5 de junio, cuando ya se conocían intenciones del voto, que lo situaban en primer lugar, le habló el gobernador Fayad. “Me felicitó. Cordial. Le agradecí su gesto”.
-¿Significó algo más?
“Una cortesía política”.
De la administración que presidirá, resume:
“Austera y honesta. La más grande distinción: el honor de servir a la ciudadanía. ¿Enemigos comunes?, pobreza, inseguridad”.
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De su nominación, recuerda que se formalizó una lista con un poco más de 50 nombres, para analizar perfiles. Esto fue el 21 de diciembre y hasta el 22, en la madrugada se definió.
“Llegué a casa con la noticia. Era temprano, mi esposa dormía y con cuidado la desperté. Me miró, sonrió, y le conté. Todo”.
Qué más habría de conocerse de él. Lo resumió en alrededor de 20 minutos.
“Leo. Escritores favoritos, Taylor Caldwell, inglesa, En especial La columna de hierro, obligada para los abogados. Harper Lee, Matar un Ruiseñor, su única obra en 55 años. Originaria de Monroeville, Alabama. Amiga de Truman Capote. Carlos Fuentes, nació en Panamá. No olvido La región más transparente.
“Otros. Gabriel García Márquez, colombiano, Premio Nobel de Literatura en1982, 100 años de soledad, magnífica. Neale Donald Walsch, Conversaciones con Dios. Norteamericano; también Ignacio Solares, de Ciudad Juárez, El jefe máximo, con Plutarco Elías Calles.
-¿Música, deportes?
“Beethoven, Mozart, en los clásicos, pero también de las recientes décadas. Quizá cuestión de ánimo. ¿Deportes?, futbol, y por siempre los Tuzos. Beisbol, Dodgers, el mánager Alston; Campanella, cátcher de leyenda, y Fernando Valenzuela. Futbol americano, algo, Dallas, y por mucho, Oseznos de Actopan. El cine, otro gusto: las épocas de los cómicos, Germán Valdez, -Tin Tan-. ¡Uff! días del séptimo arte para disfrutar”.