El avance de la ultraderecha

Seguramente usted conoce a Eduardo Verástegui. Soy de la generación que lo vio siendo un guapito en telenovelas adolescentes, un día desapareció y luego me lo encontré en tuiter escribiendo una sarta de mentiras con fines políticos.

Algunes de nosotres podemos reírnos de él, porque sí no tiene un sentido lo que dice en contra del aborto, los derechos de las mujeres, la comunidad LGBTIQA+ y cualquier otra minoría. Pero hay personas a las que les hace eco, personas que coinciden en que los pobres son pobres porque quieren como dice la futura candidata de la derecha Xóchitl Gálvez. Hay personas que piensan que la violencia, la crisis económica, de salud, los desastres naturales son un castigo divino porque ahora las mujeres “no respetamos la vida” y las personas LGBTIQA+ pecan todos los días.

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No los justificó, pero entiendo que la desesperanza, el enojo, la frustración y la precarización de la vida lleva a las personas a refugiarse en algo que expliqué cómo es posible que todo el dolor que sentimos y vivimos exista.

Hay otras personas privilegiadas que resuenan con lo que Eduardo Verástegui o Lili Téllez pregonan porque al igual que ellos, ver que la gente cuestiona porque ellos pagan menos impuestos, porque tienen mejores salarios, porque pueden acceder a buenos servicios de salud; les molesta y enoja. Mirar, criticar y exigir que cambien las dinámicas de poder es algo que a gente como ellos no les gusta y van a buscar las formas de seguir manteniéndose ahí.

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Ahí anda en cines su película. Una que decide utilizar un tema doloroso como es la trata de personas y el abuso sexual a niños, niñas y adolescentes, para buscar la empatía de las personas de clase media. Ante el horror que ellos retratan, aparece un hombre blanco a salvar a las pobres personas de américa latina. Y aunque usted pueda salir conmovide, indignade de la función; lo que usted vio en esa película está lejos de representar la realidad y de cambiar lo que está sucediendo enfrente de nuestros ojos.

Hoy Eduardo Verástegui y Lily Téllez no están buscando votos para las próximas elecciones, sino que están generando una plataforma para el futuro, que no parece tan lejano cuando la oposición decide designar a alguien como Xóchitl Gálvez para la contienda presidencial. Con todo y todo, hemos avanzado al menos un poquito en temas de derechos humanos, un poquito en recuperar derechos laborales, no perdamos de vista eso porque si la derecha sigue avanzando las puertas para la ultraderecha, a la cual no le importan nada nuestras vidas, se abrirán.