¿Has pensado qué es lo que hace tan difícil que la gente se ame a sí misma? ¿Qué es lo que en algún momento de tu vida te ha impedido quererte?
Hoy todavía, escucho a algunas personas decir lo imposible que les resulta pensar bien de sí mismas, quererse, ser más generosas en la forma de mirarse, otras experimentan cierto temor a verse egoístas al pensar más en sí mismas.
Esto tiene relación con las creencias que hemos recibido a lo largo de nuestra historia de vida, en la que según el concepto de autoestima que se tuvo en el contexto donde crecimos nos resulta más fácil o más complejo elegir y saber tener amor propio.
Hace muchos años, en alguna parte leí que “la autoestima es un silencioso respeto hacia sí mismos”, sigo estando de acuerdo, no se necesita alardear de ser quien o como eres, menos, mucho menos hacer ruido respecto a lo que tienes, si se hace alarde NO es amor propio y se confunde el egoísmo y peor aún, el narcisismo con la autoestima, cuando en realidad estos perfiles de lo que más carecen es de autoestima.
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La línea que aparentemente hace lo hace distinto es demasiado delgada, y digo aparentemente porque en la conducta puede parecer que alguien se respeta y se quiere, pero si se reflexiona de fondo lo que se ve no siempre es lo que es, y en el caso contrario, la gente segura de sí misma ha tenido que luchar contra lo que tantas veces hacen ver casi como pecado: autoafirmarse y decir en voz alta que se sabe cuánto se vale, aún hoy no toda el mundo mira con agrado a la gente que sabe y defiende lo que vale.
¿Cómo se distingue el amor propio genuino? La gente que de verdad se ama, sabe y reconoce su valía personal y al mismo tiempo respeta y promueve la valía de los y las demás.
Nuestra cultura requiere de más hombres y mujeres que se sepan valiosos y valiosas, que no se amilanen ante el narcisismo, que no tengan pena de valorarse y amarse a sí mismos y a sí mismas en voz alta, sin caer en el egocentrismo ni creer que quien grita, maltrata o se cree más que otros es más seguro de sí mismo y tiene autoestima, porque no es verdad que sea así.
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Entre más levanta la voz una persona, cuanto más es arrogante, se dudaría de cuanto se quiere, y sobre todo, uno puede ver la autoestima de otros no en su ropa, no en la marca de su celular, sino en cómo se conduce con quien vive en condiciones menos favorables y también con quienes tienen más de cualquier tipo de poder.
Aunque antes de mirar en donde anda o si existe la autoestima de un tercero, lo primero es distinguir en donde y como anda la propia.
La gente que se ama no cambia su forma de ser a conveniencia, en ningún ámbito social.
Las personas que viven el amor propio reconocen la fragilidad de este, lo importante que es asumir como autoresponsabilidad el autocuidado, en las elecciones del día a día, construyen relaciones equitativas, vínculos de calidad, no se ustedes, yo no he visto jamás a una persona que se ame a sí misma pateando un árbol o causándole daño a alguna persona, la gente con autoestima no permite que nadie la lastime y tampoco le fastidia la vida a otros.
En el mejor de los casos, aprendemos a construir un autoconcepto adecuado en el entorno en el que vivimos los primeros años de la vida, cuando no es así requerimos desaprender lo que pensamos de nosotros y aprender a construir un mejor autoconcepto, en el que reconozcamos habilidades, virtudes y defectos, construyendo una valoración equilibrada de la persona que somos, la autoestima es una autoevaluación favorable, esta conduce a pensar bien de la persona que somos y esto favorece construir el amor propio y con este tiene lugar el autocuidado…
Quien se quiere se cuida, se autoregula, adopta hábitos saludables, vigila su salud física y mental, se relaciona con respeto, promueve el bienestar personal y el común.
La autoestima es tan importante que nos puede salvar la vida, así de indispensable es el amor propio, vivir y relacionarse desde este hace una inmensa diferencia en la salud física y mental, en lo público y lo privado, practiquemos el autocuidado y enseñemos a quien lo requiera a mirarse, pensarse y tratarse con respeto, a construir un autoconcepto que le permita relacionarse con dignidad ante la vida y ante el mundo en general.
¿Del 0 al 10 cuánto te quieres?
Un abrazo
Lorena Patchen
Psicoterapia presencial y en línea.
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