El adiós al INAI: un golpe a la transparencia minado desde dentro

La desaparición del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) es un tema que entristece y detiene los avances que México había logrado en temas de rendición de cuentas.

De acuerdo con los planes de la Cámara Baja, estamos a días de ver cómo baja el telón de una de las instituciones que más trabajo le han costado construir a nuestro país.

Parte de la gran responsabilidad de la desaparición de este órgano autónomo debe recaer en sus propios comisionados, que, a lo largo de su corta historia, se dedicaron a socavar una institución que debió transitar siempre de manera empoderada, fuerte y funcional.

Creado en 2002 como el IFAI, este instituto vivió grandes momentos bajo las presidencias de María Marván Laborde y Jacqueline Peschard, quienes lograron meter varias veces en cintura a las presidencias de Vicente Fox y Felipe Calderón.

Desde entonces, y desde siempre, los mismos presidentes en turno buscaron todas las formas para imponer comisionados y corromper al instituto. Comisionados como Alonso Lujambio fueron recompensados por sus servicios, no al instituto sino al poder. Calderón se lo llevó como secretario de Educación, dejando en su momento a un órgano débil que le costó volverse a reconstruir.

Llegó el turno de Enrique Peña Nieto en 2012 y en cuyo gobierno inició el INAI con un pleno a modo que lo primero que hizo fue desaparecer el servicio civil de carrera, para darle entrada a decenas de funcionarios que respondieran a las instrucciones de la nueva Presidencia de la República, y no a la rendición de cuentas.

De ese pleno salió Ximena Puente, que logró fama por cómo se documentó en la prensa el uso que hacía de funcionarias y servidores del INAI como niñeras y choferes para su hija. Dejó un instituto menos empoderado, con más burocracia, y con un presupuesto donde el 60% se iba al pago del seguro de gastos médicos de los empleados.

De ese mismo pleno salieron Óscar Guerra Ford y Rosendoevgueni Monterrey Chepov, investigados por usar la tarjeta corporativa que el INAI les proporcionaba para hacer pagos en un table dance entre otrsos escándalos.

El INAI fue minado desde su interior. Es un órgano que le hará mucha falta a México. El país difícilmente podrá avanzar en un verdadero combate a la corrupción y rendición de cuentas. Es un momento doloroso para México.

Off the récord:

Después de tanto drama y chisme, Morena finalmente le dio una patada a los del Grupo Universidad por lanzarse al PT como si fueran los dueños del balón. Ahora, solo queda el pequeño detallito de que alguien encuentre la voluntad (y el poder) de sacar al Grupo Universidad de su oficinita privada llamada Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.