Un 55 por ciento de los habitantes de la zona metropolitana de Pachuca dijeron sentirse inseguros en su diario vivir. La tendencia es a la baja, en 0.8 por ciento, pues en 2021 se ubicó en 55.8 por ciento.
La percepción de la inseguridad para la ciudadanía en el área metropolitana de Pachuca es más baja que en la entidad en su totalidad, pues el promedio estatal es de 61.2 por ciento.
Esto con base en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública (Envipe) que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) levantó con la ciudadanía hidalguense entre marzo y abril de 2022, con lo que se detectó que en la zona capitalina al menos 25 mil 183 personas, por cada 100 mil habitantes dijeron conocer o ser víctimas de algún ilícito.
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Entre los delitos con mayor recurrencia que señalaron están el robo de vehículo, el fraude, el robo de casa habitación, pero también la extorsión y las amenazas verbales.
De quienes indicaron la permeabilidad de estos ilícitos, se refiere que 3 mil 277 personas dijeron conocer de casos de extorsiones en la región capitalina, y su prevalencia es en un 10.6 por ciento; aunque el fraude está con una incidencia del 26.8 por ciento, seguido del robo parcial o total de vehículos, que está en un 17.4 por ciento.
La Envipe refiere que las amenazas verbales son una constante, estas se ubican como un ilícito alto y en porcentaje la población las refiere con el 10.6 por ciento.
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La cifra negra del delito (actos delictivos que no son reportados ante el Ministerio Público o que no son objeto de una averiguación previa) en Pachuca y la zona conurbada es del 86 por ciento, pues la cercanía con el MP genera mayor interés por denunciar, pero el promedio estatal es del 92.3 por ciento, es decir, por cada 10 delitos que ocurren en la entidad, solo 7.7 son denunciados ante las autoridades procuradoras de justicia.
En el cuestionario se manifiesta que una preocupación es la delincuencia cercana a las escuelas, pues en 46.5 por ciento se destaca que no es suficiente con el apoyo entre vecinos, sino que se requiere de otras intervenciones.
Además, se destaca que las pandillas se están haciendo más violentas.
En la zona metropolitana la conducta antisocial más común es el consumo de alcohol en la vía pública, pero también se destaca que el consumo de droga en la calle y en todos los horarios se percibe con mayor frecuencia, además de pandillerismo de tipo violento y los disparos frecuentes en la zona.
Si bien son los cajeros automáticos (76.1), la calle (64), el transporte público (61.2), bancos (59) el centro comercial, también se detectó que el 16.6 identificó que la escuela es un espacio de inseguridad, pues en las instalaciones se está vulnerable a ser víctima de ilícitos.
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