Garlito
En Mineral del Chico existe un testimonio casi desconocido o desapercibido, sobre el amor y lo que significa una de las especies vegetales más impresionantes, monumentales, anteriores a la misma Historia, la poeta Gabriela Mistral, plantó en 1924 un árbol como muestra de amistad, entre Chile y México, enalteciendo la importancia de estos seres vivos que representan fortaleza, protección, la vida misma.
Piar
Desde hace unas semanas a la fecha, los pachuqueños descubrimos que algo le hace falta a los amaneceres, al despuntar el día, cuando la noche y la luz se mezclan en el oriente, provocando colores únicos, azules o rojos intensos mientras el sol intenta escalar el cerro de San Clemente para llegar a su cima y asomarse a la ciudad que despierta; no es el viento helado de la mañana lo que falta, es algo que siempre estuvo ahí y de repente desapareció haciendo notar su presencia hoy ausente, es un sonido que todas las mañanas oíamos sin percatarnos; jilgueros, cenzontles, gurriones, el piar, el canto libre de las aves que todos los días exigían su momento para manifestar desde las copas de los árboles, su derecho a existir.
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La capital del estado se caracteriza por carecer de zonas verdes y árboles y no por falta de espacio, hay muchos kilómetros desperdiciados, en bulevares, en las calles mismas y por supuesto en parques y jardines, donde con un plan bien delineado por autoridades comprometidas con la ciudadanía y su entorno, deberían estar sembrados de decenas, cientos de árboles y no la desolada y triste imagen de troncos cercenados o árboles enfermos o en el fin de su existencia, nuestros árboles son viejos y nadie reflexiona sobre la importancia de renovarlos de reforestar esas escasas zonas destinadas a ellos.
La tala de árboles enfermos en el jardín de Los Hombres Ilustres nos debe hacer pensar y mirar un poco hacia arriba, ¿Cómo están nuestros árboles?, ¿Qué tan sanos o enfermos?, ¿Qué edad tienen?, estos seres que han acompañado a varias generaciones de pachuqueños, muchos de ellos sobreviven a la modernidad y urbanización mal diseñada, a autoridades que no les interesa el medio ambiente y por ignorancia han dejado a su suerte a especies vegetales cuya función en los ecosistemas y en la vida del mismo humano es vital; no se trata de una coyuntura política, es de enorme trascendencia pensar en estrategias públicas para proteger a las especies vegetales o moriremos.
El jardín Luis Pasteur, es quizá el que mejor panorama presenta, con árboles centenarios que se distinguen entre los demás, pero también hay jóvenes de 70 u 80 años y otros niños de 30 que prometen dar sombra a generaciones que aún no han nacido; el Parque Hidalgo esta en deterioro, con individuos muy viejos que están llegando al final de sus vidas, otros no tanto que a duras penas sobreviven y muchos más que no aseguran una vida larga, en ese espacio urge sean sembrados nuevos árboles, se planten flores y se atienda a los que pueden padecer alguna plaga como el heno entre otros peligros.
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El del Arte al ser parte del antiguo centro deportivo de los mineros, tiene algunos pocos árboles muy viejos, otros no tanto, es una reserva donde también es necesaria una reforestación y protección ante la invasión de comerciantes que semanalmente sufre, está amenazado por un proyecto de urbanización que intenta poner una placa de cemento condenando a no tener árboles nunca jamás, como el penoso caso de la Plaza Independencia donde no habrá árboles nunca; la tala en el de los Hombres Ilustres, nos enseña que no hay ni existe una intención de proteger, asistir, ayudar a su existencia a los árboles pachuqueños, que sean especies acordes con el clima y suelo y garanticen su vida otorgándonos todos los beneficios que en silencio nos regalan.
Además del oxígeno, de la fotosíntesis, de la conservación del ecosistema, de retardar el calentamiento del planeta, atracción de lluvias, sombra a sus pies, cientos de vidas en torno suyo, hogar de aves canoras, palomas, tordos y cientos de especies más, embellecen la ciudad y son ejemplo de una colectividad que propicia un entorno natural y está comprometida con las futuras generaciones; en tanto las mañanas de la ciudad son más silenciosas y artificiales y el ejemplo de la maestra Gabriela Mistral olvidado.
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