Hablar de Inteligencia Artificial (IA) es fascinante, desde lo asombroso de sus alcances en la ciencia, hasta las bondades que su presencia nos otorga en la vida diaria o en el trabajo.
Quienes pertenecemos a la generación X somos testigos de cambios deslumbrantes en materia tecnológica, nos tocó utilizar el ábaco y aprender las tablas de multiplicar cantando, recuerdo también que el acceso a una computadora fue de a poco, eran grandes monitores con pantallas en blanco y negro que nos impresionaban, no existían los celulares ni el internet.
A diferencia de este breve recuento, en la actualidad los dispositivos electrónicos al alcance de la enseñanza-aprendizaje acaparan desde la formación inicial y proponen una nueva forma de aprender para las nuevas generaciones que son innatas tecnológicamente.
De manera general, se puede decir que la inteligencia artificial realiza tareas que regularmente requieren de inteligencia humana como el aprendizaje, el razonamiento o la percepción; por ello en el día a día áulico, se pueden integrar elementos de gran valor.
Pero vamos a hablar de la primera vista que es todo lo positivo que la IA puede abonar al estudiantado como mejorar la experiencia de aprendizaje con comunicación y retroalimentación instantánea, también se logra un enfoque pedagógico más interactivo y motivador.
Los sistemas basados en IA pueden evaluar el progreso de los estudiantes y apoyar en la mejora de su rendimiento, así como predecir el rendimiento futuro que permita intervenciones personalizadas, por otra parte, se pueden automatizar tareas administrativas del profesorado liberando tiempo para tareas en el aula y un montón de beneficios más.
En el lado opuesto se habla de que la experiencia de aprendizaje pueda ser deshumanizada, que se dependa en exceso de la IA para tareas académicas, que no esté al alcance económico de todos los centros escolares, su endeble regulación o que los propios docentes la vean como una amenaza a futuro.
Pero de manera paralela a los pros o contras, se deben visualizar oportunidades y desafíos, el aula siempre nos plantea nuevos retos a los docentes y este es otro de ellos, la evolución de la IA es provocadora, la competencia digital docente será indispensable para la armonización de la IA tanto para la enseñanza como para el aprendizaje.
La realidad es que, en la práctica docente y de acuerdo al público meta que se tiene en el aula, hay una amplia variedad de recursos educativos de IA que pueden apoyar la formación del estudiantado, muchos son libres y están al alcance de la web, pero para conquistar la meta, es indispensable la adecuada conducción del maestro que implica imprimir conciencia en sus alumnos sobre el correcto o el mal uso de estas herramientas.
Dicen que el futuro es hoy y el poder de la Inteligencia Artificial apunta a generar más beneficios no solo en el rubro educativo sino en diversas industrias por las ventajas que aporta para ser más competitivas, también en lo personal, se perfila para hacer tu vida más segura, cómoda y placentera.
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