Según lo que se informó en la primera semana de este septiembre patrio, Morena elegirá el día 22 a su nueva dirigencia que aún encabezan Mario Delgado, presidente, y Citlalli Hernández, secretaria general. Ellos asumirán funciones en la administración de Claudia Sheinbaum partir del uno de octubre.
Hasta antes de que se definiera la fecha, se daba como hecho consumado que la aún joven Luisa María Alcalde Luján, secretaria de Gobernación, sería la escogida para relevar a Delgado. Esta funcionaria, que pese a sus 37 años ya ha desempeñado otros cargos, además de sobresalir en entornos académicos, no ha modificado sus formas de ser, con naturalidad y sin llegar a manifestaciones públicas encuadradas en impenetrable adustez.
Algunas veces tuvo que soportar sutiles (algunos no tan sutiles) señalamientos, pero continuó en el desempeño de sus tareas. Por cierto, se recuerda su intervención cuando, se dijo, rompió el protocolo del último informe del presidente Andrés Manuel López Obrador. Con fuerte voz, desde la tribuna, hizo tabla rasa de la oposición y se dirigió a “compañeras y compañeros”.
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Hubo reprise (o respuesta) de un irritado panismo con gritos de “¡fuera, fuera, fuera!”. Empero, en este mismo septiembre, jueves 5, se publicó información precisando que en Tabasco se impulsaba la candidatura de Andrés Manuel López Beltrán, hijo de AMLO, para que se le considerara para la dirigencia del partido guinda.
Sugerían que se le tomara en cuenta como compañero de fórmula de Alcalde Luján. El consejero nacional tabasqueño Raúl Ojeda, resumió del mencionado aspirante: “No me parece una mala sugerencia, Andy es una gente que ha trabajado desde siempre. Perdonen la expresión ganadera, pero nació absorbiendo el modelo de transformación con su familia”.
Con 38 años, Andrés López Beltrán es el segundo hijo de López Obrador y su fallecida esposa Rocío Beltrán. Hasta lo último que ha trascendido se dice que Luisa María estaría al frente y, ligeramente un escalón abajo, el joven Andy. Habrá que esperar.
Rommel a la Conade
Rommel Pacheco, ex clavadista, con participación en cuatro olimpiadas, originario de Mérida, Yucatán, oficialmente fue investido por Claudia Sheinbaum como director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), sucediendo a la polémica Ana Guevara. Días antes se habían aludido a otros posibles candidatos: el ex futbolista Moisés Muñoz, la ex tenista Melody Falcó y el luchador Daniel Aceves. Guevara
Guevara no funcionó como enlace de deportistas mexicanos, en especial nadadoras. Se recuerda cuando mandó a “vender calzones” a quienes integraban la selección de natación artística. Su forma de responder, salvo excepciones, era ruda, sin ánimos de no tender la mano y ayudar. En la Olimpiada de París estuvo alejada de la delegación mexicana y ostensiblemente guareciéndose en el confort de gastos que por su encargo se permitía con toda libertad.
Hubo quienes la consideraron como la peor directora de Conade en su historia, y aunque sabía de tales conceptos que sobre ella vertían, en nada modificaron su forma de comportarse.
Marijosé Alcalá, presidenta del Comité Olímpico Mexicano formuló al respecto:” Muy contentos de que Rommel Pacheco sea el que va a llevar la batuta en la Conade. Estamos seguros de que hará un extraordinario papel, es un hombre consciente de las necesidades de toda comunidad deportiva y estamos seguros también de que haremos un gran equipo que necesita México”.
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