El término globalización ha sido utilizado para hacer referencia a un proceso histórico de integración en los ámbitos político, económico, social, cultural y tecnológico; lo que ha convertido al mundo en un lugar interconectado, creándose así una aldea global, concepto propuesto por el sociólogo canadiense Herbert Marshall McLuhan.
Es difícil esclarecer cuándo comenzó este proceso, historiadores hacen referencia a 1969 cuando nació el internet, algunos más recurren a 1989 cuando cayó el muro de berlín; y otros finalmente coinciden en 1995, fecha en la que se creó la Organización Mundial del Comercio; de lo que sí podemos estar seguros es que actualmente, lo que sucede en el lado oriente se comunica al occidente y viceversa, pero sobre todo impacta de diferentes formas en distintos países; se podría citarse aquel proverbio chino que hace referencia a la Teoría del Caos: “El leve aleteo de las alas de una mariposa puede sentirse al otro lado del mundo”.
Es claro que la inteligencia artificial, la digitalización y la tecnología han logrado mejorías en la vida del ser humano, pero sobre todo han sido los detonantes del desarrollo económico y del crecimiento, sin embargo a pesar de ello y derivado de la pandemia originada por el virus SARS-CoV-2 muchas de las personas que apenas habían escapado de la pobreza extrema podrían recaer en ella, de acuerdo a datos del Banco Mundial se calcula que esta crisis empujará a entre 88 y 115 millones más de personas a la pobreza extrema, con lo que el total se situará entre 703 y 729 millones.
Existe aún un reto enorme con respecto a la pobreza mundial, es un problema que debe ser considerado, pero sobre todo evaluado y enfrentado; ya que al mismo tiempo que la globalización ha generado desarrollo y crecimiento, una parte significativa de la población ha quedado sin avance.
Por otro lado, la eliminación de la pobreza de acuerdo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, se ve severamente amenazada por la creciente ola de descontento social, sin duda, nos enfrentamos a uno de los periodos más complejos; las tensiones comerciales, la falta de confianza en las instituciones y los cambios en el esquema político mundial han generado una nueva contradicción: las clases medias se están reduciendo y la distribución de ingresos es desigual.
El proceso de comunicación mundial permite que ya no sólo se compartan sistemas de comercio o tecnología, también se transmiten formas de pensamiento y creencias; es así como la sociedad ya no guarda silencio ante el descontento social y ha descubierto en la protesta la forma más clara de manifestación, a través de la cual se denuncian la injusticia, la desigualdad, los conflictos políticos y sociales y la falta de respeto a los derechos humanos.
El fenómeno de la globalización en principio positivo ha generado algunas fallas; ha abierto brechas económicas que deben ser reducidas, se han creado en torno a la tecnología riesgos e incertidumbres difíciles de calcular, la automatización de trabajos puede afectar considerablemente a la sociedad trabajadora y el extremismo, el terrorismo y la desinformación circulan cotidianamente; solo por mencionar algunos.
Hoy existen muchos retos para la globalización, pero dos podrían significar el parteaguas: la eliminación de la pobreza y el entendimiento del descontento social; los cuales sin duda se retroalimentan y cada día se hacen más visibles.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.
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