Derechos en riesgo

La(s) maternidad(es) son una experiencia subjetiva incluso para quienes han decidido no ejercerla porque forma parte de nuestros derechos reproductivos, siempre he pensado que para maternar se necesita una tribu: que acompañe, que apoye, que nos ayuden a enfrentar los obstáculos que vivimos y a compartir los momentos de felicidad que también da maternar, el imaginario social además ha construido el binomio mujer = madre, además reafirmado desde un argumento biologicista sobre el instinto maternal. ¿Qué pasa con quién no lo siente?

Esther Vivas en su libro Mamá desobediente. Una mirada feminista a la maternidad escribe que también la maternidad se ha vuelto un terreno de disputa política porque implica una confrontación constante con las normas sociales establecidas de lo que dicen deben ser las buenas madres: abnegadas, sacrificadas, sin autonomía, no importa que vivan agotadas. También en este mismo libro se aborda lo que es una maternidad feminista desde su punto de vista: “No se trata de idealizarla, ni de tener una visión romántica… el desafío reside en cómo queremos vivir esta experiencia”. También menciona que el activismo de las madres de hoy enuncia varias luchas: tener garantizados nuestros derechos, a un embarazo y un parto respetado, a dar pecho donde haga falta, a tener acceso a prestaciones maternales para una crianza digna, contra la violencia obstétrica entre muchas otras cosas de las que se va abordando en cada capítulo, cuestiones que desde hace ya un tiempo que comenzó este nuevo gobierno de Hidalgo ha fallado, ya que conozco al menos cuatro casos donde esto no ha ocurrido, por eso el cierre el pasado viernes de la carretera México Pachuca, porque en diversas instancias gubernamentales (DIF, Secretaría de Salud, Instituto Hidalguense de las Mujeres, Procuraduría de Niñas, Niños y Adolescentes, incluida la Comisión Estatal de Derechos Humanos se han denunciado atrocidades contra mujeres que desde el punto de vista de las instituciones salen de los esquemas de “buenas madres” y violentando no solo los derechos de las mujeres, sino incluso de niñas/os recién nacidos o muy pequeños, sin realizar un análisis de contexto para poder apoyar la crianza de los mismos sin violentar sus derechos y los de las madres.

Es necesario y urgente resolver estas situaciones que desencadenaron la manifestación de mujeres el pasado viernes, además de mujeres que no se conocían unas con otras, pero a partir de saber de las diversas injusticias decidieron apoyarse entre sí a partir de una serie de entramados que fueron complicando desde diversas instancias de gobierno. Es indignante que a dos años de este gobierno no sepan ni las rutas de atención, ni los códigos que se deben utilizar para brindar la atención y protección de derechos. Además de utilizar bots y propias funcionarias para burlarse de la ciudadanía o de hacer quedar mal a las implicadas en estos casos.

Mi pecho no es bodega. ¿A qué le tendrá miedo este gobierno y esta legislatura que se termina?, que no ha permitido avanzar la iniciativa de reforma a la Ley de protección a periodistas y personas defensoras de Derechos Humanos en Hidalgo. Siguen en indefensión y de nueva cuenta sin que actúe la CDHEH contra las agresiones a la abogada que actuó en uno de los casos por los que se cerró la carretera, están más ocupadas en fotografiarse para sus redes sociales ocupando recurso y personal de esa institución para hacerlo. Un año más y la muestra de que Ana Karen Parra llegó para ser omisa de tantas cosas que hay pendientes por hacer. Y el personal de esa Comisión que acudió al cierre, a pesar de estar presente no hizo nada cuando la policía estatal comenzó a agredir a las manifestantes.