Bailarines —que pidieron el anonimato— presentaron una denuncia pública contra Roberto G. L., conocido como Teté, por presuntas acciones de estafa, manipulación emocional, abuso de poder y violencia sexual, principalmente en el ámbito de la danza en Pachuca. Además, señalaron la complicidad de su familia y las academias de baile donde trabaja (Soul Beat y Toxic, entre otras), cuyos directores también están involucrados.
Las y los bailarines narraron que Roberto solicita dinero a sus víctimas bajo pretextos, como problemas familiares, una supuesta herencia perdida, tratamientos médicos para su madre o necesidades de su hija.
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Las cantidades van desde 2 mil hasta 15 mil pesos, siendo frecuentes los casos en los que no regresa el dinero prestado. Incluso, utilizó automóviles y recursos de otras personas sin devolverlos.
Los testimonios indican que manipula emocionalmente a las víctimas para que paguen sus gastos personales, como cortes de cabello, salidas, comidas e incluso teléfonos móviles.
Informaron que utiliza el prestigio que tiene en el ámbito de la danza para ganarse la confianza de jóvenes bailarines y bailarinas, que van desde los 15 años, haciéndoles creer que, mediante su cercanía, pueden alcanzar el éxito profesional, para luego aprovecharse de ellos.
Varias víctimas reportan casos de violaciones, tanto a menores de edad como a mujeres adultas, en situaciones donde fueron manipuladas o forzadas. En algunos, el abuso ocurrió en medio de forcejeos, donde Roberto utilizó la manipulación y la presión emocional para obtener lo que deseaba. En otros, se menciona que grabó las relaciones sexuales sin el consentimiento de las personas.
La mayoría de las víctimas recibieron amenazas del bailarín y su familia para evitar que narraran los hechos, las cuales incluyen agresiones físicas. También contaron que la familia del profesor, involucrada en prácticas relacionadas con la Santa Muerte, lleva a cabo “trabajos” contra las personas que alzan la voz.
Por otra parte, personas afectadas describieron que miembros de la familia, de nombres Julio L., Memo L., su madre, hermanas y otros miembros, están al tanto de sus acciones y lo protegen. Las academias Soul Beat y Toxic, dirigidas por miembros de su familia, también son señaladas como cómplices de encubrir sus actos. A pesar de las denuncias, sigue impartiendo clases en estas instituciones.
Una de las bailarinas denunciantes señaló que fue víctima de manipulación emocional, estafa y abuso durante varios meses.
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El profesor de baile le pedía dinero con frecuencia. Aunque las cantidades no eran excesivas en su caso, sí afectaron su estabilidad emocional y financiera. Expresó que, aunque su caso no fue una violación directa, otras víctimas sufrieron agresiones sexuales sin consentimiento.
Después de intentar distanciarse, la amenazó con hacerle daño a ella y a su familia, lo que finalmente la motivó a alzar la voz públicamente.
Tras publicar su acusación en redes sociales, recibió múltiples testimonios de otras personas de la comunidad de danza que también habían sido víctimas de Roberto G. L. Hasta el momento, registraron alrededor de 10 testimonios directos y más de 20 personas confirmaron conocer o haber sido afectadas por sus acciones.
Destaca el testimonio de una joven de 20 años que en ese momento era su alumna y novia, y quien relató que abusó de ella y le pidió 2 mil 500 pesos. Aunque se negó inicialmente, terminó cediendo por miedo. Describe el abuso como una experiencia traumática y señala que fue vista como “fácil” por otras personas, lo que le impidió hablar antes.
Por otra parte, un excompañero de trabajo menciona que el acusado nunca le pagó por un evento donde colaboraron. Cuando intentó reclamar, Roberto lo manipuló emocionalmente para que dejara de insistir.
En otro caso, una mujer que en su momento era su pareja sentimental relató que la obligó a abortar y que, en paralelo, mantenía relaciones con otras mujeres. También menciona que utilizó pretextos falsos, como un supuesto choque automovilístico, para pedir dinero.
Otro caso es el de una exalumna de 16 años, quien estudiaba en una de las academias donde daba clases. Ella describe cómo Julio L., familiar de Roberto y director de la academia Soul Beat, la manipuló para tener una relación íntima. La situación terminó en una denuncia legal que no procedió.
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Las víctimas de Roberto G. L. y su círculo dancístico alzaron la voz para prevenir que más personas sean afectadas. Aunque presentaron denuncias ante la justicia en el pasado, muchas no procedieron debido a la falta de pruebas tangibles, ya que Roberto evita dejar evidencia digital de sus acciones.
Las y los bailarines hacen un llamado a las autoridades para que investiguen a fondo estos casos y a la comunidad para que se mantenga alerta ante individuos que utilizan su posición de poder para manipular y abusar.
También, solicitan que las academias Soul Beat y Toxic sean investigadas por su presunta complicidad en estas acciones.
MHO
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