Lo dicho por el Senador César Cravioto Romero, en el sentido de que las candidaturas de MORENA a los cargos de elección popular en Hidalgo serán asignadas mediante “acuerdos políticos”, abre la puerta para que se den las acostumbradas simulaciones y traiciones.
Él lo sabe y no se entiende cómo pudiera, sin tener arraigo o presencia suficientes en la entidad, sentar a los interesados para que entre ellos se pongan de acuerdo y elijan al mejor posicionado, según su óptica, ya que asegura habrá filtros para determinar quiénes tienen posibilidad y quiénes no, aunque el punto es que lo que se diga será muy difícil de aceptar.
Es obvio que ninguno de los aspirantes cederá su espacio a favor de otro, principalmente porque no existe unidad al interior del partido que creció gracias a convertirse en la “planta de reciclaje” de los desechos de otros partidos.
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Un claro ejemplo de ello está Huejutla, donde los autodenominados “cabezas de grupo”, antagónicos por naturaleza, ya mostraron a sus gallos y es prácticamente imposible que el alcalde en turno Daniel Andrade controle a su rebelde pupilo o que Raúl Badillo deje de respaldar al empresario gasolinero y se cruce de brazos para ver el desfile.
Lo peor del caso es que la fracción que no sea considerada habrá de hacer lo que han hecho siempre: apostarle a otro para ganar sin importar por cuál partido compita, así que el senador deberá considerar que no será fácil conciliar y que tendrá muchos toros que lidiar, porque los huesos a repartir no serán suficientes para la ambición, y eso, también lo sabe el senador.
La militancia por su parte ha expresado de múltiples formas no estar de acuerdo por la manera en que se ha regido el partido desde su llegada al poder en el 2022, recordando que pocos fueron los morenistas invitados a ser partícipes del triunfo y que fueron relegados por quienes de la nada se dijeron de izquierda y se posicionaron fuertemente en los puestos claves de la administración.
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En fecha reciente, tras darse a conocer las figuras que competirán por el Senado, la designación de uno hizo que la molestia aumentara, y luego de la publicación de supuestas listas de personajes a las diputaciones federales, los reclamos hicieron que Cravioto Romero reculara y que Marco Antonio Rico, el líder estatal de MORENA, guardara silencio para provocar mayor inconformidad.
La conciliación entre los que quieren ser y los que pueden ser se ve oscura, algunos han invertido lo poco que tenían, otros han echado mano de patrocinadores para quedar bien con quienes los buscaron para padrinos de lo que guste y mande, pero ese poco o mucho dinero gastado – que no invertido – no es el objetivo, sino que el interés real es manejar los presupuestos millonarios que saben les darán la fortuna para asegurar su futuro, porque si algo distingue a Hidalgo es ser una fábrica de políticos ricos, algunos que ya lo eran y hoy en día lo son más, pero otros son de nueva creación y quieren serlo también.
César Cravioto y su chalán Marco Antonio Rico tienen mucho qué pensar sobre el cómo, el cuándo y el dónde pisarán para seleccionar a los candidatos de MORENA, porque si mandó al diablo la convocatoria que hablaba de encuestas, mañosas pero al fin encuestas, muy posiblemente mande al diablo también a los militantes de su partido, cada uno convertido en un potencial voto en contra si cometen equivocaciones.
Por: Iñaki Fernández
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