⏱ Que hasta las senadoras tropiezan con la ortografía.
La siempre crítica Carolina Viggiano fue ahora la criticada. En un oficio dirigido a la Zona Militar para pedir apoyo tras el huracán Priscila, escribió por error “numeras” en lugar de “numerosas”. El detalle se volvió viral y las redes no perdonaron. Una lección para quien suele corregir a todos: también los altos cargos necesitan un buen corrector de estilo.
⏱ Que en la Secretaría de Seguridad Pública hace falta menos fuerza y más formación.
Durante una protesta en el sur de Pachuca —donde vecinos exigían ayuda para los damnificados— los policías estatales respondieron con empujones y manotazos. La escena recordó episodios anteriores de represión y dejó claro que la SSPH necesita capacitación urgente en manejo de crisis y derechos humanos. La 4T dice no reprimir, pero en Hidalgo aún no todos entienden el mensaje.
⏱ Que la presidenta del IEEH, María Magdalena González Escalona, enfrenta nuevos señalamientos.
Fuentes internas del Instituto afirman que existen acusaciones de nepotismo y posibles irregularidades administrativas, con el visto bueno de Juan Carlos Mendoza, quien aprueba todo lo que se mueve. De confirmarse, podrían derivar en responsabilidades legales para ambos. En el IEEH hay quienes ya hablan de una red de favores más que de institucionalidad electoral.
⏱ Que en Huazalingo la presidenta Vanesa Mejía Hernández recorre las comunidades con zapatos impecables.
Los pobladores aseguran que, pese a las severas afectaciones por las lluvias, la alcaldesa entrega despensas de 100 pesos y presume sus “recorridos” en redes sociales sin mancharse ni el tacón. Dicen que ni el lodo ni las carencias logran ensuciarle el glamour, aunque la gente sí nota la falta de apoyo real.
⏱ Que la ingobernabilidad en Actopan ya cobró factura.
Vecinos enfurecidos retuvieron a presuntos ladrones acusados de múltiples robos, los golpearon y uno de ellos habría muerto a manos de la turba. El linchamiento ocurrió a metros del teatro Manuel Ángel Núñez, mientras la alcaldesa Imelda Cuéllar sigue ausente. La violencia y el descontrol son ya la marca de su administración.

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