A veces resulta extraño hablar de cosas actuales pero que ya pasaron, esto es algo común en economía y es una de las cosas por las que es interesante. Ayer INEGI dio a conocer de forma preliminar que la economía mexicana creció un 5% en 2021 comparado con 2020. Este dato hubiese sido muy bueno en circunstancias diferentes pero hoy no lo es, de hecho es un mal dato, con la información que se tenía a principio de año el consenso de los analistas era que la economía mexicana podía llegar a crecer un 6%; apenas en junio la Secretaría de Hacienda mejoraba su pronóstico de crecimiento y veía un crecimiento de 6.5%. Nada de eso ocurrió, México terminó creciendo un 1% menos de lo que se esperaba. Decepción.
Para lo que nos sirve hablar de algo que ya pasó con la información que tenemos hoy es para poner las cosas en contexto y así podernos dar cuenta de si la dirección en la que vamos es la correcta o no. Para que México hubiese podido recuperar los niveles de producción que tenía antes de la pandemia el PIB de 2021 tendría que haber crecido 9%, como ven, el PIB sólo creció poco más de la mitad de eso. Hoy se produce lo mismo que hace 5 años, para ver una recuperación total del PIB, es decir, producir lo mismo que se producía cuando acabó 2019, vamos a tener que esperar todavía dos años o un poco más, con suerte por estas fechas en el 2024 ya vamos a poder decir que México ha recuperado lo perdido tras la pandemia.
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Otro dato importante es el PIB trimestral que nos muestra si creció o decreció el PIB en un trimestre comparado con el trimestre anterior, con este dato nos podemos dar cuenta la dirección que va tomando la economía en un menor periodo de tiempo. El cuarto trimestre del 2021 cayó .1% respecto al tercer trimestre. Al observar el comportamiento de los trimestres previos nos podemos dar cuenta que México sólo creció durante los primeros dos trimestres del año para empezar a caer y ligar dos trimestres consecutivos decreciendo. Lo que nos dice esto es que la economía está más débil trimestre tras trimestre y esa es una mala noticia. Es por eso que se empieza a hablar de recesión, su definición más simple nos dice que una economía está en recesión si liga dos trimestres negativos pero no es una regla, hay otros requisitos que se tienen que cumplir y que no están todavía muy claros así que habrá que esperar un poco más para saber si debemos poner la etiqueta.
Recesión o no, la realidad es que la economía mexicana vive un mal momento y no se ve un buen futuro. Teniendo una economía débil nos encontramos con que el PIB de hoy es 3% menor al que teníamos antes de la pandemia, 4% menor al que teníamos en nuestro último pico (que fue en el tercer trimestre del 2018) y 12% menor a la tendencia de crecimiento que traíamos antes de la cancelación del NAIM. Además debemos sumarle a la ecuación que hoy somos más mexicanos que ayer, si el pastel es más chico y somos más los que comemos de él, en promedio nos toca de menos pastel, la economista Gabriela Siller calcula que el PIB por persona (que aunque imperfecta es una medida del nivel de vida de una población) se va a recuperar hasta dentro de catorce años, si su pronóstico se cumple, habrán pasado ya cuatro mundiales de futbol.
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Para terminar, la ONG México, ¿Cómo vamos? calculó el crecimiento económico de los estados y mostró que Hidalgo en los últimos cinco años ha decrecido -.85%, sólo hay tres estados en peor situación que el nuestro. Salvo que ocurra un milagro, es prácticamente un hecho que el sexenio de Omar Fayad será, en sentido económico, un sexenio perdido.
Siempre queda la esperanza de que este escenario sombrío puede cambiar para bien si se hacen las cosas mejor. Por lo pronto quedémonos con eso.
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