Con Cristina me despido

Nombrar a Cristina Pacheco lleva mucho tiempo, porque se hablaría de la periodista, de la conductora de televisión, de la cronista de una ciudad en la que le tocó vivir, de la esposa del gran escritor José Emilio Pacheco, en fin, de disfrutar su trabajo.

Tristeza y muchas despedidas a ella, a su labor, se han dado tanto en los distintos medios de comunicación del país, como entre las y los escritores que han comentado sobre su cercanía, sobre su legado. El público lector, su audiencia, también ha manifestado la gran pérdida en el ámbito literario periodístico por su muerte, en el reciente mes que concluyó con el 2023.

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Claro que Cristina Pacheco se merece que se hable de ella por su dedicación y por lo que, ahora se sabe, dejó a un lado su salud por no quitarle tiempo a su trabajo, al ir a ver a médicos, seguir tratamientos o tal vez visitar un hospital.

Ella quería tiempo para no dejar un micrófono, la cámara para el Canal Once, o escribir las historias en La Jornada nacional. Sabía que su audiencia la esperaba cada semana, fiel a su forma de expresar lo cotidiano, lo humano, la ciudad, sus entornos, los personajes de barrio, los oficios más antiguos, o las mujeres que en cualquier tipo de negocio buscaban salir adelante para ellas, para su familia.

Yo diría que Cristina Pacheco ya formaba parte de la vida cotidiana del país, como en su momento Carlos Monsiváis, como su esposo José Emilio, como Gabriel García Márquez, como lo sigue siendo la mismísima Elena Poniatowska.

Hoy nos toca difundir lo que dejó, para sus nacientes seguidores y porque simplemente hay que repetirla como lo ha hecho Canal Once al retransmitir programas desde el momento que ella anunció que se retiraba por asuntos de salud.

Ella, Cristina Pacheco lo sabía, tenía que atenderse y debía ausentarse de la televisión, de la escritura.

Lo hizo y en su gesto había dolor por su despedida y quien la veía notaba el pesar de ya no la volverla a ver una vez más, en su estilo, en su melena alborotada, en su atuendo siempre negro.

Cristina Pacheco, cronista de la vida, de la ciudad, de las familias, sabía que debía retirarse. Su hija lo manifestó en entrevista: “No quería dejar a su público para ausentarse por enfermedad”. Pero lo tenía que hacer, y apenas un mes después se anunciaba su deceso.

Y si, porque, sin lugar a duda, cada periodista quería hacer algo como lo que ella realizaba. Sigo su trabajo desde siempre, la vi en diferentes ocasiones en sus presentaciones y claro que alguna vez pensé hacer algo como lo que ella creó.

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Lo cierto es que… Cristina, ya te empezamos a extrañar, tus textos, tu forma de entrevistar, tus expresiones populares, tu forma de estar entre el púbico.

Con esta me despido. Agradezco a todas y cada una de las personas de La Jornada Hidalgo que me invitaron a formar parte de este equipo como fundadora, primero como directora editorial de este diario que nació en plena pandemia en el 2020 y después como columnista. Agradezco a la audiencia que me permitió llegar a sus ojos en estos comentarios de Lo cierto es que… ¡Hasta pronto y que venga el 2024!

X@AidaSuarezCh