Comparecencias flacas en Hidalgo

En Hidalgo, se ha establecido una preocupante costumbre entre políticos, burócratas con aspiraciones políticas, empresarios y buena parte de la ciudadanía: evitar la crítica al poder a cambio de seguridad laboral o aceptación en los círculos de influencia. Esta actitud ha permitido que en la entidad se den atropellos en políticas públicas sin un verdadero contrapeso que cuestione las decisiones del gobierno.

Las recientes comparecencias de los secretarios del gobierno estatal en el Congreso de Hidalgo son un claro ejemplo de esta falta de crítica. Es lamentable ver cómo los diputados, tanto de Morena como de la mal llamada “oposición”, no han sido capaces de ejercer su papel como fiscalizadores del poder.

Ni una sola voz ha surgido para cuestionar seriamente las políticas públicas del actual gobierno. ¿Acaso en un estado con tantas necesidades, no hay lugar para una crítica constructiva? ¿No hay fallas que puedan ser señaladas?

La falta de cuestionamientos y debate en el Congreso es preocupante. Parece que los legisladores están más interesados en cuidar su puesto o en asegurar su futuro político que en cumplir con su responsabilidad de ser la voz del pueblo.

 Al observar congresos de otros estados como Ciudad de México, San Luis Potosí o Sonora, se puede ver cómo los diputados en esos lugares son más críticos y mordaces con el poder, creando un diálogo necesario para mejorar la gestión pública.

En Hidalgo, es evidente que algunas áreas del actual gobierno no están funcionando de manera óptima. Incluso si no fuera el caso, el ejercicio del poder siempre debe ser examinado y puesto a prueba. Sin embargo, la pasividad de los diputados ha dado lugar a una ilusión de que todo marcha bien, cuando la realidad podría ser distinta. La falta de una voz crítica en el Congreso genera una sensación de complacencia que perjudica, sobre todo, a la ciudadanía.

El dilema en todo esto es claro: cuando los representantes del pueblo no cumplen con su rol de fiscalizadores y críticos del gobierno, los más afectados son los ciudadanos.

La democracia no puede funcionar sin un contrapeso real, y la falta de crítica en el Congreso de Hidalgo pone en riesgo el bienestar de la población. Es urgente que los diputados asuman su responsabilidad y comiencen a cuestionar el poder, en lugar de mantenerse al margen para proteger sus propios intereses.