Erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia.
Nelson Mandela
Desde el 2015, la erradicación de la pobreza se convirtió en el número uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por la Organización de las Naciones Unidas, ya que la dimensión de sus afectaciones es amplia. El tema no solo golpea al desarrollo y el crecimiento social y económico, sino que es un fenómeno multidimensional.
De acuerdo con esta misma institución, la pobreza se define como: la falta de las capacidades básicas para vivir con dignidad, y algunas de sus causas incluyen el desempleo, la exclusión social y la alta vulnerabilidad de ciertas poblaciones. Es innegable que en los últimos años, incluso en datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la pobreza ha disminuido en todo el mundo, pero el progreso ha sido heterogéneo, ya que ésta se concentra principalmente en las zonas rurales.
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En el Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, emitido el año pasado, la pobreza extrema a nivel mundial se redujo de un 36 % de 1990 a un 10 % en 2015; además, en 2019, la tasa estimada era de un 8.2 % y se sugería que el 6 % de la población mundial seguiría viviendo en la pobreza extrema en 2030, por lo que no se alcanzaría la meta de poner fin a la pobreza.
Es así que, según los datos arrojados, si la pandemia se mantenía en los niveles previstos y la actividad económica se recuperara ligeramente durante el año pasado, la tasa de pobreza estimada sería de 8.8 % según el informe, con 71 millones de personas más arrojadas a la pobreza extrema, lo que significaría el primer aumento de la pobreza a nivel mundial desde 1998.
Por otro lado, hay que admitir que pese a los esfuerzos, la eliminación de la pobreza se ha visto severamente amenazada por la creciente ola de descontento social; nos enfrentamos a uno de los periodos más complejos, las tensiones comerciales, la falta de confianza en las instituciones y los cambios en el esquema político mundial han generado una nueva contradicción: las clases medias se están reduciendo y la distribución de ingresos es desigual.
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La pandemia afectó severamente la erradicación de la pobreza, y diversas instituciones se han detenido a revisar la situación, ya que los avances obtenidos hasta este momento no solo podrían verse frenados, sino que además podrían aumentar los índices considerablemente, lo anterior en datos del Banco Mundial,el cual calculó que el COVID-19 ha sumido a entre 40 y 60 millones de personas en la pobreza extrema; y es que el cierre recomendado o requerido de los lugares de trabajo en todo el mundo afectó al 81 % de los empleadores y al 66 % de los trabajadores por cuenta propia, lo que limitó gravemente los puestos de trabajo y los ingresos.
No podemos negar que este revés ha sido uno de los peores sufridos en las últimas décadas, pero además hay que admitir que los sectores más afectados serán las niñas, los niños y las mujeres, por lo que las instituciones y los gobiernos alrededor del mundo deben enfocar sus recursos en continuar luchando contra la disminución de la pobreza.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.
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