Ciudad sin nombre

Garlito

Sin llegar a ser una información totalmente verídica, durante los años de la prohibición de la comercialización del alcohol, en los años 20´s 30´s del siglo pasado, durante la gran depresión económica en los Estados Unidos de América, finalizada la gran guerra, destruido el nacionalismo y sacudido por una nueva y extraña idea, la democracia, tanto el crimen organizado, las grandes mafias, de Al Capone o de los primeros políticos que descubren, la democracia es bastante flexible y ofrece la posibilidad de hacer leyes a modo y contrapartes para defenderse, todo bien organizado donde todos ganen; tanto el gobierno federal de EUA, como las mafias, identificaban una ciudad de ese país como la Ciudad sin Nombre, para no entorpecer las actividades de ambos bandos, donde la impunidad policiaca era tan severa como la del crimen.

Eliot

Personaje real inmortalizado por la serie de televisión, un agente federal de los Estados Unidos de América, un ultra conservador republicano, racista y tan perverso como sus enemigos, la mafia y en especial Al Capone, que logra colocar en prisión y no solo eso, sino hacer construir una especial de alta seguridad, para criminales que atenten contra la democracia y los valores de los hoy conocidos como gringos; respetado policía como pocos habrá en la realidad, un prohibicionista, que series televisivas y cintas de cine, lo inmortalizan como un heraldo anticorrupción y legalidad policial; subliminalmente un héroe, verdadero norteamericano defensor del ideal absolutista del dominio del mundo, un Superman al que en ningún capitulo televisivo se le vio que alguna bala lo hiriese; uno de los primeros héroes de carne y hueso que los medios masivos logran elevar a Star de TV; hoy sería la seguridad de Trump.

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Pues ese personaje con su grupo tan afamado por la televisión que es un clásico recomendable, por su valor documentalista de una realidad que existió en ese país, justo en el momento en que el capitalismo se consolidaba como el futuro del mundo; por ser una joya televisiva y por darnos la posibilidad de entender como los chicos malos siempre han existido, al igual que los políticos corruptos y la policía deshonesta, grupos armados al servicio del mejor postor y una serie gigantesca de cómplices, desde el más grande empresario hasta el comerciante de la esquina de la calle, todos inmersos en la economía de la mafia o el delito, ¿dónde hemos visto eso?; la estructura de las llamadas grandes mafias va desde el político más encumbrado, hasta el criminal más miserable de la calle, el control del territorio es fundamental en una guerra como aquella, entre Al Capone, Frank Nitti y los Intocables.

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Capone

Prohibido prohibir, esa idea en Eliot Ness, no cabía, un ultra expansionista, un devoto del América para los americanos, un policía que tanto odiaba a los negros como a los mexicanos, pero los consideraba indispensables para el progreso del país de la libertad, un oficial de policía que si fue real, los medios masivos televisivos, terminaron por crear a un héroe más hueco que el pingüino de Batman; para alcanzar sus metas contra una red verdaderamente intrincada de criminalidad, desde senadores, jefes de policía, alcaldes, meseras, despachadores de gasolina o limpia botas, grandes restauranteros y deportistas, el chico del barrio que solo mira desde la tienda, la tranquilidad del territorio; es el territorio y su control, el inicio de las grandes problemáticas para una colectividad, no permitir el paso libre en las banquetas, apoderarse de las calles, todas como en el Centro Histórico de Pachuca y con un red sorprendente de complicidad y baja estima a la ciudad; es tiempo de ocuparse para resarcir el tejido social, la recuperación de la calle para no permitir que un embrión criminal la controle absolutamente ante la impotencia gubernamental de recuperar el espacio de todos.

Lejos estamos de los escenarios donde los Intocables peleaban a deshoras de la madrugada en las calles vacías y frías de Chicago por unos chicos malos de verdad, seguros estamos que los problemas colectivos y el apoderamiento de la calle, es solo un mal pasajero de este año que se va.