Cipriano, el enfermo

Apenas se vio en prisión domiciliaria tras huelgas de hambre, declaratorias de ser preso político, de acusar a su hermano Pascual de prestarse a los intereses del pasado gobierno estatal, sin mencionar todas las argucias para que la familia del joven fallecido aquel 6 de octubre de 2018 aceptara una “reparación” de daños para lograr que fuera exculpado, convocó a lo que le queda de seguidores para festejar su “liberación”.

El argumento que convenció a una juez de control fue su delicado estado de salud mermado según sus abogados por el efecto psicológico negativo que le causó la prisión preventiva oficiosa por los delitos de homicidio doloso en grado de tentativa en contra de su hermano Pascual y homicidio culposo con las agravantes de no prestar ayuda y huir del lugar, lo que fue captado por las cámaras de una tienda de conveniencia.

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Lo que obligó a la Cámara Federal de Diputados a llevarlo a un juicio de procedencia y a Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a expulsarlo, por las evidencias presentadas por la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH), lo que terminó con se meteórica carrera política impulsada en Acción Nacional (PAN) por Xóchitl Gálvez, que lo llevó a ser presidente municipal de Ixmiquilpan, diputado local y diputado federal, hasta su desafuero.

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Cipriano C. P. en su llamado a sus huestes leales tuvo escasa respuesta para quien desplazó a Consejo Supremo Hñahñu (CSH) como la organización de mayor fuerza en el Valle del Mezquital, su caída provocó una recomposición de fuerzas, aun así, logró que un centenar de personas cooperaran para el festejo donde comió y bebió, aplicando aquel viejo refrán de las abuelas: Enfermo que come y mea, que el diablo se lo crea; bueno no fue el Luzbel, si una jueza de control.