Este domingo 20 de julio se llevará a cabo la Romería de Nuestra Señora de las Lágrimas, considerada la procesión religiosa más longeva del estado de Hidalgo, que este 2025 celebra su centenario con la participación esperada de más de 10 mil personas provenientes de distintas comunidades y municipios de la región.
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La imagen recorrerá 15 kilómetros desde la parroquia de San Miguel Arcángel, en Atitalaquia, hasta su santuario San Pedro en Tetepango, pasando por primera vez por el centro de Tlaxcoapan, en una ruta que incluye danzas, bandas, estandartes, carros alegóricos y una intensa expresión de fe y devoción popular.
Ulises Arellano Miranda, director de Turismo de Atitalaquia, destacó que esta celebración no solo tiene un fuerte arraigo espiritual, sino también una gran relevancia turística y cultural.
“Es la romería más antigua y la más numerosa de Hidalgo. Esta imagen, que ha sido venerada desde el siglo XVIII, representa una pasión viva que une a los pueblos”, declaró en conferencia de prensa.
Por su parte, el padre José Miguel Martínez, párroco de Atitalaquia, explicó que el culto a la Virgen de las Lágrimas está documentado desde el siglo XVIII y que su devoción es, en Hidalgo, la más significativa después de la Virgen de Guadalupe.
“Cuando la Virgen llega a las comunidades, se detiene la rutina, se detiene el campo, las fábricas y se le recibe con alegría. Esta celebración no solo es religiosa, es un descanso del alma y del cuerpo”, expresó.
La historia de esta romería se remonta a hace 100 años, cuando un grupo de campesinos de Atitalaquia solicitó al santuario de Tetepango que la Virgen peregrinara por sus tierras para pedir lluvias. Aquella petición se convirtió en tradición, y hoy, un siglo después, son miles quienes caminan junto a la imagen.
Uno de los elementos distintivos de la Virgen de las Lágrimas es que su nombre se asocia al incendio de la iglesia de Tetepango en 1980, donde la pequeña escultura de marfil de apenas 12 centímetros resultó ilesa.
“La gente lloraba porque se quemaba el templo, pero la imagen sobrevivió. Fue entonces cuando el párroco la llamó la Virgen de las Lágrimas”, recordó el sacerdote.
Programa de actividades
Los festejos iniciarán desde el viernes 18 de julio con el recibimiento de la imagen en la parroquia de Atitalaquia
- Viernes 18: 9:00 h Recibimiento de la Virgen y cambio de vestido
- 10:00 h: Misa
- 11:00 h en adelante, recorrido por las calles de Atitalaquia.
- 20:00 h: Misa en avenida Insurgentes.
- Sábado 19: 9:00 h: Misa
- 10:00 h en adelante: Recorrido por el tianguis y centro del municipio.
- 20:00 h: Misa en Grupo SEMHIRSA.
- 23:00 h: Retorno a la iglesia.
- Domingo 20: 8:00 h: Misa de despedida
- 9:00 h: Salida en procesión hacia el santuario en Tetepango
- 13:00 h: Solemne misa de llegada.
Para garantizar la seguridad de los asistentes, se desplegará un operativo especial con la colaboración de Protección Civil de los tres municipios involucrados, así como ambulancias, puntos de hidratación y logística vial. Empresas, comercios y comités parroquiales también han contribuido con recursos y voluntarios.
Además, como parte de los festejos, se realiza un documental conmemorativo titulado “100 años de una pasión”, producido por la compañía Camino Real, que busca documentar la historia oral, los archivos y las experiencias de los fieles más antiguos. El documental tendrá un enfoque tanto histórico como humano.
“Queremos dejar un legado audiovisual que narre esta historia viva desde la mirada de quienes la han recorrido por generaciones”, mencionó Arellano.
Autoridades estatales y municipales han reconocido esta romería como un motor de turismo religioso, que activa la economía local con ferias, comercio, gastronomía, artesanías y actividades culturales que se extenderán hasta el 15 de agosto, día de la festividad principal en Tetepango.
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“Más allá del fervor, es una manifestación cultural que ha sobrevivido al paso del tiempo y que se transmite de generación en generación. Invitamos a toda la ciudadanía a unirse y vivir este centenario”, concluyó el sacerdote.
La romería de Nuestra Señora de las Lágrimas no solo es una celebración de fe, sino un testimonio de identidad comunitaria, resistencia y esperanza.
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