A casi dos años de haber denunciado negligencia médica en la Clínica Columba Rivera Osorio del ISSSTE en Pachuca, Lorena Flores Lara asegura que su caso está por ser archivado, pese a las complicaciones graves que sufrió tras dos intervenciones quirúrgicas y a las afectaciones físicas, psicológicas y económicas que continúa enfrentando.
Fue en agosto de 2023 cuando Flores comenzó a presentar hemorragias, pero según relata los médicos del ISSSTE le insistieron en que eran “normales”. Como el padecimiento continuó, finalmente fue sometida a una histerectomía, tras la cual presentó una infección severa que no fue detectada a tiempo. Debido a ello, tuvo que ser intervenida por segunda ocasión.
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La paciente afirma que, pese a los síntomas de alarma, permaneció seis días con la herida abierta dentro de la clínica sin recibir la atención adecuada, hasta que una doctora, al intentar retirarle los puntos, encontró la herida llena de pus y ordenó su hospitalización inmediata.
Flores también denunció que en su herida se localizó una gasa, pero que los médicos sostienen que ella misma se la colocó, argumento que según teme está siendo utilizado para cerrar su carpeta de investigación.
“Dicen que todo fue perfecto y que la única perjudicada soy yo. Llevo dos años tratando de que me escuchen, dos años de violencia económica y psicológica”, expresó.
De acuerdo con su testimonio, el avance de su denuncia se vio obstaculizado porque el defensor de oficio que le asignaron nunca la orientó para presentar quejas ante Comisión de Arbitraje Médico (CONAMED), o Derechos Humanos. Esto provocó errores en la integración de su expediente y retrasos que hoy pesan en la posible resolución del caso.
En la audiencia más reciente en la Fiscalía, Flores fue notificada de que los médicos involucrados “se avalaron entre sí” y que el proceso podría concluir sin responsables.
Durante este tiempo, ha tenido que costear tratamientos, medicamentos y traslados a la Ciudad de México, mientras continúa en seguimiento por cáncer. Asegura que su situación económica se ha deteriorado gravemente y que su red de apoyo desapareció.
“Me quedé sola. Mi esposo se fue, mi familia y amigos se alejaron. No genero ingresos y aun así he tenido que pagar todo para seguir viva”, dijo.
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También acusa haber sido víctima de violencia obstétrica dentro del ISSSTE, ya que personal de urgencias se refería a ella como “la señora de la histerectomía” y minimizó sus síntomas a pesar de que en su cirugía participaron 14 personas sin advertir la infección.
Además, denunció que desde que inició su proceso legal ha sufrido hackeos, pérdida de archivos y situaciones que vulneran su seguridad.
Flores insistió en que su objetivo es evitar que su caso quede impune.
“Estoy levantando la voz porque no soy la única. Es injusto que vivamos así. Tengo dolor todos los días y me dicen que es normal. No quiero que mi caso quede en nada”.
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