Con una enérgica protesta contra las redadas y un llamado a proteger a los paisanos que ha deportado el régimen de Donald Trump, la legendaria banda Caifanes conquistó Pachuca, en un concierto que fue lleno total a pesar de la incesante lluvia.
“A nuestros paisanos que están allá, que nos tratan como criminales, esta canción es para ustedes”, dedicó Saúl Hernández, antes de cantar “Antes de que nos olviden”, ya pasadas las 11 de la noche, luego de que Diego Herrera interpretó el himno nacional con su inseparable saxofón.
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Así abrió Caifanes la segunda parte de su concierto en el auditorio Explanada, que recibió a uno de los grupos más icónicos del “Rock en tu idioma”, que tuvo su auge en las décadas de 1980 y 1990.
“Tenemos que proteger a nuestra gente, a nuestra raza”, llamó Hernández, mientras las imágenes de fondo mostraban a las víctimas de redadas en Los Ángeles, California.
Pero la velada rockera comenzó a las 9:18 de la noche, con un recinto que empezó a recibir al público a cuentagotas desde un par de horas antes. La lluvia persistente no detuvo a los fans, entre quienes había desde adolescentes, veinteañeros, o contemporáneos de la banda ya entrados en años.
Abrieron con “Hasta morir”, de su tercer disco El Silencio de un ya lejano1992 y que es considerado una de las cumbres del rock mexicano, cuando además de Alfonso André en la batería y Diego Herrera en los teclados, se hacían acompañar de Sabo Romo y Alejandro Marcovich, en el bajo y la guitarra, respectivamente.
Los años se notan en las arrugas y en las canas de Saúl, Alfonso y Diego, pero aún tienen la magia que mantiene a la banda como una de las más conocidas y queridas en México. Y se notó en el concierto, donde el público coreó con fuerza la mayoría de las rolas, cuya mayoría ya tiene más de tres décadas de nacimiento.
Ataviado con una gabardina de piel y una guitarra en la que se notaban algunos rayones por el uso, Saúl repasó todos los discos de la banda. “Debajo de tu piel” y “Nunca me voy a transformar en ti”, fueron parte del repertorio, pero también se pudo escuchar “Nunca te doblarás”, de su disco El Equilibrio (1996) de la etapa en que Caifanes se separó y se transformó en Jaguares, ya sin Herrera, Marcovich ni Romo.
“Para que no digas que no pienso en ti”, a las 9:40 de la noche, puso a todos a bailar. Diego hizo lo propio con el bajista, en lo que parecía un número que ensayaron con anticipación. El público feliz, lejos muy lejos del conflicto protagonizado por Israel, Irán y Estados Unidos.
“Miedo”, “Vamos a hacer un silencio”, “Los dioses ocultos”, “Metamorféame”, “El comunicador”, “Cuéntame tu vida”, “Mátenme porque me muero”, “Nubes”, “Viento”, “Afuera”, “El negro cósmico”, sonaron en el escenario, antes de que cerraran la primera parte del recital.
En la velada no faltaron las nuevas creaciones de la banda, como “Inés”, grabada en 2023, y que significó el regreso de la banda creativamente hablando treinta años después. Dedicada al suicidio, Saúl aprovechó para llamar a arropar a los jóvenes en medio de un alto porcentaje de suicidios en México. “Los necesitamos”, dijo, “no tengan miedo, no se pierdan en el rincón de su cuarto”.
La banda se dio tiempo de homenajear a Maldita Vecindad después de las 11 de la noche, al interpretar “Pachuco”. También recordaron a Juan Gabriel, a quien Saúl se refirió como “un ser de luz”, para luego tocar la popular “No me dejes nunca”.
Afuera la lluvia no se detenía, pero eso no importaba porque quienes seguían en el ritual pudieron escuchar para cerrar “La Célula que explota” y “La Negra Tomasa”, cuando faltaban unos 20 minutos para la medianoche. Entre abrazos y un ¡gracias, Pachuca! Que lanzó Alfonso André, se fueron los Caifanes, quienes pese a los años mostraron porqué son leyenda.

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