A los 56 años de edad, Damon Albarn ya no tiene la voz que 3 décadas atrás, cuando Blur daba sus primeros pasos y aquel estallido llamado Britpop estaba apenas por llegar. La grandeza de la banda y su peso específico en la cultura pop tenían una deuda pendiente con el también legendario -y reconstruido- estadio de Wembley, que se saldó durante dos fechas del año pasado y que ahora aparece en su versión discográfica.
Blur reunió a más de 180 mil espectadores las noches del 8 y el 9 de julio de 2023 y con ello se saldó un pendiente histórico, ya que en su momento no llegaron hasta aquel templo mítico del futbol.
En la versión de streaming se ofrecen 30 canciones (4 de ellas no son de Wembley), lo que debería de ser todo un aquelarre para fans irredentos y recién llegados, pero algo ronda que nos hace sentir que la fiesta no está completa.
Siento que la banda se halla ya fatigada, que falta una dosis adicional de adrenalina o incluso me inconformo por la calidad del audio; el hecho es que Blur, Live at the Webley Stadium aún con su abundancia de música y una larga lista de temas memorables y maravillosos me queda a deber… algo que lamento muchísimo.
Por su puesto que están presentes “Song 2”, “Coffe & TV”, “Tender”, “Park Life” y que incluso retomaron “There’s No Other Way”, “Popscene” y “Tracy Jacks” de sus primeros discos; no faltan tampoco “Country House”, “End of a Century”y “The Narcissist”, pero no siento que de las bocinas brote magia; estoy convencido de que no refleja lo ocurrido en aquellos dos noches cruciales para la historia de Blur.
Por supuesto que soy fan… los he visto en vivo, tengo los discos e incluso confeccioné un libro de cuentos llamado Amor y paranoia en los noventa, para la colección Rock para leer de Marvin, cuyo titulo es deudor, obviamente, de “Boys & Girls”; mientras tecleo me acompaña la confusión y no tengo un argumento contundente para establecer lo que falta… lo que no está.
Mientras repaso el concierto, leo Lento y Salvaje, las memorias de Ricardo Lezón de McEnroe, y en ellas anota: “La nostalgia es felicidad, agria por irrepetible e inalcanzable, pero no caducada. Sigue haciéndonos reír. Nos enseña quienes somos, de dónde venimos y hacia dónde queremos ir. Nos devuelve lo mejor y nos protege de lo peor. Así lo vivo yo. Nadie tiene nostalgia del dolor”.
En torno a Damon Albarn, Graham Coxon, Alex James y Dave Rowntree hay señales de que el fin de Blur está cerca, por lo que queda esta grabación como un documento de ese apoteósico encuentro con un enorme público que los reverencia… ello está ahí, pero musicalmente quizá no pasan por su mejor momento y ello se trasmina en el resultado… para constatarlo basta con escuchar con atención las versiones.
En Wembley se encontraron con su gente… meses después tendrían un encontronazo con la indiferencia de los jóvenes asistentes a Coachella 2024 y que enfurecieron al vocalista. Aquí todo es entrega que no fue plasmada tal como debiera.
No pasa por mi cabeza anotar que es un gran disco en vivo, por más que intente imponerse la feligresía.
Live at Wembley Stadium › Parlophone-Warner, 2024
Por Cesc Guimerà
05. 08. 2024
La conversión de la nostalgia en un parque temático puede salir rana –lo sufrieron los propios Blur ante el infame público de Coachella este 2024– o revelarse como un baño de masas. Y en el caso concreto de “Live At Wembley Stadium”, prácticamente un homenaje, una deuda pendiente, un reconocimiento casi póstumo. El gran premio que se les escapó a Blur en su momento.
Casi póstumo porque Damon Albarn puso sobre la mesa la posibilidad del fin definitivo del grupo apenas un par de meses atrás. Así, el primer paso de Blur por el estadio londinense, los conciertos más multitudinarios de la carrera
Blur se plantó en Wembley pocas semanas después del lanzamiento de “The Ballad Of Darren”, punto de partida, con “St. Charles Square”, de un setlist con un crescendo cronológico, con el repaso de sus primeros discos con
Albarn se mantiene como frontman inapelable, con el carisma y gancho intactos. Incansable pero sin adornos, lo que le permite sobrellevar su voz menguante a los 56 años. Catapulta la noche con “Beetlebum” hacia una selección con fuerte presencia de “Modern Life Is Rubbish” (1993), “Parklife” (1994) y “The Great Escape” (1995), los discos clásicos, esencia del britpop, retratos ahora ¿melancólicos? de un modo particular de vida en Inglaterra. De ellos hay quince canciones en total, entre ellas “Sunday, Sunday”, “For Tomorrow”, “End Of The Century”, “To The End”, “Stereotypes” y, claro está, la propia “Parklife”, con Phil Daniels sobre el escenario. Un setlist que pasa de puntillas por “Think Tank” (2003), solo con “Out Of Time” –el único disco de la discografía de Blur que no ha contado con las guitarras de Graham Coxon–, y omite “The Magic Whip” (2015).
En el amplio repaso a la carrera del grupo no fallan los hits más efectivos, inicial mezcla disparatada de estilos: “Country House” y la gamberra “Girls & Boys”, títulos previos a las efectivas refundaciones sonoras posteriores, los tiempos de la masiva “Song 2”, pero también de “Coffee & TV”, “Tender” o “This Is A Law”. Regresan a su último trabajo con “The Narcissist” y cierran a lo épico, como ha sido habitual, con “The Universal”.
“Live At Wembley Stadium” llega cerca del estreno del documental “To The End”, sobre el proceso de grabación de “The Ballad Of Darren” y las preparaciones para las actuaciones, que se estrenará en el Reino Unido a finales del verano y podrá verse en el próximo festival In-Edit de Barcelona.
La versión en doble CD incluye las 26 canciones, el concierto completo, del domingo 9 de julio. El triple LP (vinilo limitado a 4000 copias numeradas) combina 21 temas de ambas noches. En las plataformas de streaming se acompañan de otros cuatro cortes sacados de la gira británica, preparación para las citas en Wembley. Una selección para los más incondicionales de Blur, que componen “Young And Lovely” (Eastbourne), “Intermission” (Wolverhampton), “Bank Holyday” (Newcastle) y “Trouble In The Message Centre”, homecoming del grupo en Colchester.
Un documento histórico, divertido a la par que emotivo. “Hemos esperado este momento todas nuestras vidas”, reconoce Damon Albarn.
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