Ayer, 9 de junio la Convención Belém do Pará, cumplió 30 años, es el primer tratado internacional que abordó la violencia contra las mujeres como una violación a los derechos humanos que atenta contra la dignidad humana, puso el tema en el debate público, porque, aunque nos parezca increíble la violencia contra las mujeres era considerada algo privado y por tanto no era responsabilidad a los Estados, por ejemplo, por estos vacíos legislativos en distintos países no se podía denunciar la violencia entre cónyuges.
La Convención consta de 25 artículos en los que se aborda en uno de sus capítulos, las medidas y mecanismos para implementar medidas: las jurídicas, las administrativas, las educativas, la investigación y las relativas a la intervención de los medios de comunicación, además esta Convención cuenta con un órgano de vigilancia que es la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) para evaluar los avances obtenidos en el cumplimiento de este documento por parte de los países que lo han ratificado.
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Como dato histórico me parece importante recordar que, en el 2014, en el 20 aniversario de esta Convención se llevó a cabo en la ciudad de Pachuca, el Foro Hemisférico: Buenas prácticas y propuestas a futuro, donde hubo mesas de trabajo y culminó con la Declaración de Pachuca.
Después de 30 años de este importante documento, aunque ha habido muchos avances legislativos, así como el entendimiento de la violencia familiar y otras formas de violencia, y el surgimiento de algunas instituciones en otros países y en el caso específico de México el de la Comisión Nacional para prevenir y erradicar la violencia (CONAVIM) que en este sexenio retomó una serie de acciones: los proyectos para los refugios, la coordinación entre la federación y estados, las alertas de violencia de género, me parece que es un buen momento para el inicio del próximo sexenio replanteárselas. En el caso de los refugios, que concursan por un proyecto, deberían de hacerse cargo los gobernadores, porque solamente le son aprobados por 9 meses y los otros 3 tienen que conseguir como subsistan las mujeres y sus familias, las alertas de género fueron siendo “utilizadas” para el golpeteo político y no para lo que fueron creadas como una respuesta inmediata ante la violencia. El surgimiento de otras formas de violencia: la vicaría, los ataques con ácido, la violencia digital, nos pone de frente que las agresiones van cambiando de forma y que no necesariamente está disminuyendo.
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Mi pecho no es bodega. Todavía quedan muchas cosas por analizar para los recientes resultados electorales, por lo pronto, que no haya llegado Sandra Cuevas al Senado, es una gran noticia, la pérdida del registro del Partido de la Revolución Democrática (PRD) es un hecho, un partido que le falló demasiado a los derechos sexuales y reproductivos, aliándose de facto, desde 2007 con el PRI y el PAN en más de una decena de congresos locales para votar “la protección a la vida desde la concepción” como una estrategia para tratar de impedir el acceso al aborto, afortunadamente las abogadas feministas pudieron realizar acciones de inconstitucionalidad que refrendaron en la Corte que los derechos de las mujeres y personas gestantes son decisiones sobre nuestros propios cuerpos y están protegidos por el derecho a la autonomía, la salud, el proyecto de vida y el derecho a la vida digna. Y casi 6 millones más de votos para la nueva presidentA, Claudia Sheinbaum.
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