Algo urgente se tendrá que hacer para inhibir la actividad huachicolera en Hidalgo que por cierto su combate corresponde por ser un delito federal a la Guardia Nacional, Ejército Mexicano y Seguridad Física de Petróleos Mexicanos (Pemex) que teóricamente tienen distribuida la vigilancia sobre los cuatro ductos de gas e hidrocarburos que cruzan por la entidad.
Se requiere de una estrategia estatal de seguridad pública, aún no bien definida por el secretario Salvador Cruz Neri que incluya a las corporaciones estatales y municipales porque la violencia asociada a la delincuencia organizada crece en varias municipalidades y genera alta percepción de inseguridad e incluso temor en varias regiones plenamente identificadas con esta ilícita actividad.
Porque no basta, de acuerdo a expertos en seguridad consultados, con el aseguramiento de combustible y la detención de distribuidores al menudeo de combustible, tiene que evitarse la ordeña, que sólo será posible con operativos constantes en las áreas donde se sabe se realiza la extracción, pero no en forma aislada, porque como sucedió en la zona limítrofe de Ixmiquilpan donde asesinaron a personal de Seguridad Física o como ayer donde tres guardias nacionales fueron golpeados y desarmados en Tula.
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Las policías estatal y municipales deben contribuir porque uno de los impactos más negativos que tiene a la población es la seguridad, mientras se registran “venciditas” entre el encargado de la Procuraduría General de Justicia, Santiago Nieto Castillo, que ha emprendido lucha frontal a la corrupción acepta la operación de delincuencia organizada con el secretario de Seguridad Pública, Salvador Cruz Neri.
Hijo de un ex presidente municipal de San Bartolo Tutotepec fue policía federal de Caminos y jefe policiaco en otros estados con señalamientos negativos que no le fueron probados, pero bien sabe la presencia de delincuencia organizada no es nueva, pero al igual que su antecesor Mauricio Delmar Saavedra, intenta negarla o minimizarla.
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Lo cierto es que las ejecuciones aumentaron y la inseguridad en Tizayuca, Ixmiquilpan, Cuautepec, Tepeapulco, Zimapán y Tula de Allende van a la alza, lo que es preocupante y debe establecerse una estrategia para inhibir a todo tipo de delincuencia no solo al huachicol; más cuando reportes de inteligencia asocian a ex presidentes municipales con organizaciones criminales.
Y ahora Guacamaya Leks hace lo mismo con el alcalde de Cuautepec de Hinojosa y con el jefe político de la presidenta de Ixmiquilpan Vicente Charrez Pedraza, de asociarlos a grupos delincuenciales dedicados al huachicol por lo que es urgente un política pública y una estrategia de coordinación real con las corporaciones municipales y federales para inhibir a la delincuencia en todas sus formas.