Autoridades, sin respeto para la mujer Huasteca

Los días 25 de cada mes, los ayuntamientos de la Huasteca – y muy probablemente también de otros lares – conmemoran el llamado Día Naranja, con el propósito de crear conciencia y erradicar la violencia en contra de la mujer, sin embargo, tal práctica se ha convertido en mero trámite para justificar gastos y aparentar interés en ello, solamente.

Hace unas semanas, una joven huejutlense, madre de tres pequeñas, hizo pública una denuncia en contra de quien debería ser el primero en defender y proteger a las mujeres de Huejutla, pero no, es él quien fue señalado de haberla atacado sexualmente y de haber corrompido a las autoridades ministeriales para “dar carpetazo al asunto y congelarlo”, haciendo mayor la violación a los derechos de la fémina.

Los índices de machismo no disminuyen con campañas publicitarias o con fotos en redes sociales pidiendo que ya no se practique, la violencia hacia la mujer debe combatirse con sanciones penales y fuertes en contra de quienes la llevan a la práctica en todas las formas, porque no se trata de castigar sólo si el daño es físico o mental, moral o económico, sino por el simple hecho de hacerla.

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En la zona rural se hace más común la agresión a las mujeres de todas las edades, ahí se sigue diciendo que el hombre es quien manda y no hay nada ni nadie que pueda arrancar de tajo esa mentalidad, salvo contados casos, las autoridades locales han procedido en contra de los varones que violentan a sus esposa, novias e hijas, y si lo han hecho es más por la presión social que por la convicción de hacerlo.

Pero lo más duro es cuando en una zona urbana, donde se dice que el nivel cultural y académico es mayor, la violencia la protagonizan profesionistas o los propios gobernantes, como lo hecho por el hoy candidato de Morena a la diputación federal, que si bien ha expresado que el asunto lo tomó el ministerio de público y lo descartó por falta de elementos, nunca lo negó y eso es lo grave, porque entonces la parte acusadora no ha mentido.

La violencia del hombre a la mujer no es nueva, ha existido desde épocas remotas y ha creado la falsa imagen de que el sexo femenino debe ser sometido, sumiso y débil, qué equivocación tan mayúscula, porque se debe tener muy en cuenta que la mujer es el eje de toda sociedad humana, sin su existencia no habría vida humana.

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El tema de Daniel Andrade y su acusadora no es para desecharlo y pensar que se trata de un ataque político barato, como lo ha referido el edil con licencia, no señor, el asunto es muy importante porque esta en entredicho la honorabilidad de una madre de familia que a pesar del escarnio público al que ha sido expuesta, no baja los brazos y esta dispuesta a llegar a las últimas consecuencias, demandando se castigue con cárcel a su agresor y con eso impedir que su depredador sexual genere más víctimas abusando de un cargo público.

Ojalá exista apoyo moral y legal para esta víctima y que la sociedad asuma igualmente su responsabilidad para que esté caso y los cientos que haya sean castigados, pero más aún de eso, que ya no haya violencia contra la mujer en sitio alguno de la Huasteca Hidalguense.

Por Iñaki Fernández