En el Día del Tenango, Samuel García Marcelo, originario de la comunidad de San Pablo El Grande, en Tenango de Doria, comparte su historia como emprendedor y artesano de un símbolo identitario de Hidalgo, los tenangos y el papel que tiene Më M’onda.
Su enseñanza comenzó como parte del oficio familiar, a los seis años, guiado por su madre desarrolló el interés, gusto y habilidad con el hilo y la aguja.
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El trabajo que realizaba en conjunto con su familia: lienzos para cojines, manteles, servilletas, caminos de mesas y más, era vendido los domingos de tianguis en Tenango de Doria.
No obstante, su ejercicio como dibujante y bordador fue causa de murmuración y asombro en la comunidad, ya que no era común que los varones se dedicaran a una actividad considerada para mujeres.
“Mis papás recibieron comentarios como que era preferible que me llevaran al campo, que hiciera cosas que se acostumbran en la comunidad; eso me dio a entender que el bordado no era para hombres.
“Las personas que lo hacían en ese entonces, al igual que yo, lo realizaban a escondidas, sin mostrarnos cuando había visitas, pero por suerte ahora ya no es así”, compartió Samuel García Marcelo.
Actualmente dentro de su taller, los hombres también forman parte de esa labor, con lo cual busca romper esquemas y eliminar prejuicios, ya que considera que los tenangos bordados por hombres, están bien hechos.
“Así como las mujeres puedes realizar actividades ‘pensadas para hombres’ de una manera extraordinaria, nosotros también tenemos habilidades para hacer con pasión un trabajo que por años ha sido ejecutado por mujeres”.
Tenangos Më M’onda surge como un proyecto de emprendedores durante sus estudios universitarios en Contaduría, cuyo objetivo es aportar y reconocer el arte tradicional de San Pablo e Hidalgo.
Una meta del taller y como artesano era evitar los intermediarios y el coyotaje, ya que las utilidades no eran equitativas para las y los bordadores, siendo los menos beneficiados de su trabajo.
“Somos un grupo que en el mercado lleva ocho años, y ha ido creciendo con el paso del tiempo; somos ya 300 artesanos que trabajamos para impactar a nivel nacional e internacionalmente”.
Como parte de su desarrollo personal y profesional, y ante la demanda decidió estudiar corte y confección de ropa y posteriormente la licenciatura en Diseño de moda, descubriendo una nueva pasión.
En su catálogo ha incorporado ya no solo los lienzos tradicionales, sino también prendas casuales y de alta costura, como son vestidos de gala, de novia y de XV años.
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“Los bordados son el medio para mostrar nuestro origen y esencia como otomíes y tenanguenses. Forman parte de mi ser, es el oficio que hago con mucha pasión y orgullo, para que más generaciones puedan seguir con este arte y no se pierda”
Samuel García Marcelo
El trabajo artesanal de las familias que conforman el grupo Më M’onda se ha trascendido no solo en el país sino también en Estados Unidos, Canadá, España, Italia, China, Brasil, Colombia, entre otros.
“Este día significativo para los artesanos, invito a las personas a valorar este arte, que sea parte de su interés ayudar a familias que viven de esto. Lo artesanal vale, por ello hay que consumir lo mexicano, y digamos no al regateo”.
Fundador de Më M’onda
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