Ahora que es un hecho la construcción del tren Pachuca-AIFA, vale reflexionar sobre el impacto que tendrá esa obra en el sur de la entidad.
Para empezar, es una obra que, como dijo recientemente el titular de la Unidad de Planeación y Prospectiva, Miguel Ángel Tello Vargas, representa un acto de justicia social, pues las personas que viajan todos los días a la Ciudad de México mejorarán drásticamente su calidad de vida.
Quienes hayan gastado largas horas en carretera por cuestiones de trabajo saben exactamente lo que implica salir muy temprano y regresar de noche a casa, sin ánimos de hacer otra cosa más que dormir, lo que empobrece o reduce al mínimo la convivencia familiar.
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Por eso, la construcción de un transporte de calidad, rápido y seguro significa prácticamente un sueño hecho realidad para quienes, por falta de oportunidades laborales, deciden trabajar en la Ciudad de México, aunque eso implique largas horas de trayecto.
Por otra parte, el nuevo transporte ferroviario acelerará la conurbación entre la zona metropolitana de la capital del país y la de Pachuca, fenómeno que deberá atenderse antes de que la anarquía le gane a la planeación. Esto implica que las autoridades de todos los niveles actualicen sus planes de desarrollo urbano, ante la especulación inmobiliaria que vendrá.
Si el Aeropuerto Felipe Ángeles ya había provocado el encarecimiento de la vivienda en los municipios cercanos, con el tren suburbano este proceso se agudizará.
Hoy la gentrificación en la Ciudad de México ya generó que el Congreso local legislara para imponer restricciones a la renta de viviendas por medio de aplicaciones, con objeto de reducir la expulsión gradual de la población hacia la periferia.
No es descabellado pensar que esto puede suceder en Pachuca y su zona conurbada, que hoy ya enfrenta un fenómeno similar, en el que los jóvenes que buscan comprar una casa simplemente ya no pueden hacerlo ante la escalada de precios.
El tren AIFA-Pachuca estará listo para principios de 2027, según informó la presidenta Claudia Sheinbaum durante gira de trabajo a Tizayuca el pasado domingo, por lo que dejó de ser sólo un proyecto anhelado. Toca ahora a las autoridades conducirlo de la mejor manera, y atender con oportunidad los impactos urbanos y sociales que tendrá en el sur de la entidad.
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