Personas que sienten miedo de salir al espacio público. Adolescentes que pasan la mayor parte del tiempo en su habitación. Estudiantes que piensan constantemente si podrán concluir la carrera. El niño que se pregunta si le seguirá cayendo bien a sus compañeros de clase. Los anteriores son solo algunos de los efectos que han dejado los confinamientos en la salud mental de niños y adolescentes.
De acuerdo con especialistas consultados por La Jornada Hidalgo, en la medida que resurge el confinamiento ante el incremento de contagios de Covid, hay toda una generación que desde el aislamiento combate sus inseguridades, pensamientos catastróficos y miedo a la socialización.
“Si antes te sentías depre, podías salir fácil con tus amigos a la calle, contarles algo y distraerte”, señaló Miguel, de 15 años, quien admite que pasa la mayor parte de su tiempo en la habitación.
Se podría pensar que, en el caso de la adolescencia, la tecnología impide el confinamiento, sin embargo, esta parte de la población vive aislada en su propio aislamiento, incluso, sin el ánimo de hacer videollamadas, según arrojan los testimonios, que refuerzan los especialistas.
“En la infancia son los padres y la familia quienes juegan el rol principal en el aprendizaje del niño, sin embargo, en la adolescencia, las amistades y el sentimiento de pertenecer a un grupo son esenciales para el desarrollo”, explicó en entrevista Emmely Lases Ojeda, licenciada en Psicopedagogía.
La adolescencia, dijo, como el periodo comprendido “aproximado” de los 10 a los 19 años, constituye el puente que lleva a la infancia a la adultez, y dentro de los cambios biológicos y psicológicos se encuentra el afianzamiento de la personalidad por medio de la búsqueda de la identidad.
“Por lo que este momento de desarrollo en especial es de suma importancia la convivencia con su grupo de pares, ya que por medio de ella va adquiriendo las habilidades sociales necesarias para su integración futura a la vida adulta”, destacó la especialista en adolescentes, con 25 años de experiencia.
Lases Ojeda sostiene que, básicamente, el confinamiento ha llevado no solo a un atraso académico, sino también a que la evolución social y la adquisición de habilidades propias de la edad no se estén desarrollando de una manera adecuada, como la asertividad, empatía, la comunicación y capacidad de establecer vínculos afectivos reales con sus pares.
La psicopedagoga comentó que los trastornos producto del aislamiento en adolescentes pueden ir de leves a graves, dependiendo de cada hogar y de si el adolescente se contagió o vivió la muerte de algún ser querido.
“Lo que he notado en mi trabajo es que muchas de ellas -y hablo de un número elevado- están presentando miedo a salir a la calle, temen infectarse y han llegado a manifestar que cuando lo hacen sienten en cada persona de alrededor a un enemigo”.
Precisó que es definitivo que los adolescentes están manejando altos niveles de ansiedad, debido a la pandemia aunado a los cambios propios de la edad, y que incluso muchos han perdido el interés por aquello que antes les gustaba, lo que puede traducirse en apatía o hasta depresión.
Otros adolescentes se encuentran en la llamada zona de confort, donde la educación a distancia resulta cómoda porque no hay lineamientos institucionales. Laura, una niña de 11 años, confesó su alegría cuando supo que no habría regreso presencial después de las vacaciones de diciembre.
Sin embargo, los cambios se resienten más en esta etapa de la vida y en las constantes modificaciones de la modalidad de estudio que determinan autoridades de educación (de virtual a presencial y viceversa), esto puede generar angustia a los adolescentes, reconoció la especialista.
“Se sienten abatidos por el hecho de que nuevamente habían iniciado la relación con sus compañeros y se las quitan otra vez. Vuelve a estar presente la ansiedad, la ira, manifiestan que escuchan a sus papás decir que la secundaria y la preparatoria son las mejores etapas de la vida y ellos no pueden vivirlo, eso los enoja”.
Universitarios con ansiedad, preocupados por el futuro
Algunos centros educativos están prestando atención a la salud mental de los jóvenes a causa de la pandemia, tal es el caso de la Universidad Tecnológica de Tulancingo, donde existe un departamento de atención psicológica.
Mediante un diagnóstico realizado a mediados de 2021, la casa de estudios detectó que el 60 por ciento de los estudiantes reflejaba problemas de ansiedad y, en menor escala, pero de forma intensa, depresión y agotamiento emocional.
“Esto derivaba por las preocupaciones excesivas por el futuro: qué va a pasar, no he tenido las prácticas suficientes, casi todo lo que he visto es teoría”, señaló Gilda León Mayoral, psicóloga del plantel.
Aunado, dijo, a los problemas económicos a los que se enfrentan algunos universitarios porque al principio de la pandemia los padres fallecieron, y el que antes se dedicaba solo a estudiar ahora debe trabajar, tienen problemas de insomnio, además de enfrentar el proceso de duelo.
En la misma casa se pierde el contacto
Sobre el aislamiento, Gilda León Mayoral destacó que es importante la socialización porque en la juventud se presenta el noviazgo, “pero los problemas familiares, la falta de comunicación, hacen que el mejor refugio sea su cuarto, el espacio que ellos tienen y no interactúan”.
“Ahora hay algunos que les da miedo no solo el contagio, incluso, volver a tener este contacto social, porque están acostumbrados a realizar solos sus actividades y ahora regresan a clases”.
La psicóloga enfatizó que, sin duda, habrá consecuencias importantes debido al confinamiento en el aspecto emocional de la población en general, como depresión, ideas suicidas, etapas de tristeza y ansiedad.
Pero en el caso de la juventud, aseguró que en la misma casa se pierde el contacto y sostuvo que a veces damos por hecho que ahí están protegidos, sin embargo, no se pregunta cómo están.
“Los pocos confinados en casa también deben promover el contacto con la palabra de aliento y la motivación”, aconsejó.
Casi dos años de confinamiento
- A partir del 16 de marzo de 2020 cierran escuelas a causa de la pandemia.
- En Hidalgo fueron 17 meses de educación a distancia.
- En el inicio del ciclo escolar 2021-2022, el 30 de agosto regresaron a clases presenciales 15 municipios hidalguenses con bajo riesgo epidemiológico.
- El 22 de noviembre regresaron a clases presenciales casi todos los municipios de Hidalgo.
- En Pachuca escasas escuelas abrieron porque tenían que cumplir con estrictas medidas de bioseguridad.
- El 17 de diciembre iniciaron las vacaciones y la SEPH anunció que el 3 de enero de 2022 las clases se reanudarían de forma virtual.
- La SEPH programó el regreso a clases presenciales para el 17 se enero.
- El 3 de enero inició el paro magisterial y los estudiantes se quedaron sin clases virtuales.
- El 15 de enero de 2022 se pospuso la reapertura de las escuelas para el 31 de enero.
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