La secta Angelito Negro 666, que operaba de forma encubierta en Pachuca, Hidalgo, es investigada por su presunta responsabilidad en la captación de adolescentes, principalmente mujeres, a través de métodos coercitivos, engaños y rituales no autorizados.
De acuerdo con información de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, este grupo funcionaba bajo la dirección de un hombre identificado como Ignacio “N”, quien se autoproclamaba líder espiritual y mantenía control sobre las integrantes por medio de amenazas y aislamiento.
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Cómo operaba la secta Angelito Negro 666
Las investigaciones indican que los primeros contactos con las víctimas ocurrían en redes sociales o espacios públicos, donde se les ofrecía una aparente guía espiritual y un sentido de pertenencia. Una vez que aceptaban asistir a reuniones privadas, eran expuestas a rituales, consumo de sustancias y presiones psicológicas.
Los encuentros ocurrían en casas particulares sin supervisión, donde se exigía confidencialidad absoluta. Muchas de las jóvenes fueron alejadas de sus familias y obligadas a entregar recursos económicos al grupo.
Denuncias, rescates y acciones legales
Gracias a denuncias ciudadanas y seguimiento de autoridades, en 2024 se logró el rescate de al menos cinco víctimas, quienes se encontraban en condiciones precarias. Los operativos incluyeron cateos en inmuebles relacionados con Ignacio “N”, quien fue detenido y enfrenta cargos por trata de personas, privación ilegal de la libertad y corrupción de menores.
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La Procuraduría de Hidalgo mantiene abierta una carpeta de investigación y no se descarta que existan más víctimas. Además, instituciones como el DIF Hidalgo y la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas han brindado atención legal y psicológica.
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