Uno de los objetivos de la UNESCO desde su creación en 1945, es la promoción de la identificación, protección y preservación del patrimonio cultural y natural de todo el mundo, considerado un tesoro universal.
En lo referente al patrimonio cultural tangible, a lo largo y ancho del territorio nacional existen 35 fascinantes bienes culturales únicos, irremplazables y auténticos que se integran a la lista mundial que vale muchísimo conocer, México es el país con el mayor número de sitios reconocidos por la UNESCO en América Latina en este renglón.
Las primeras incorporaciones de nuestro país a este catálogo, se dan en el año 1987, con el Centro histórico de México y Xochimilco; el Centro histórico de Oaxaca y zona arqueológica de Monte Albán; el Centro histórico de Puebla; la Ciudad prehispánica de Teotihuacán; la Ciudad prehispánica y parque nacional de Palenque; y Sian Ka’an.
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Posteriormente se incorporan la Ciudad histórica de Guanajuato y minas adyacentes; Ciudad prehispánica de Chichén-Itzá; Centro histórico de Morelia; Ciudad prehispánica de El Tajín; Santuario de ballenas de El Vizcaíno; Pinturas rupestres de la Sierra de San Francisco; así como el Centro histórico de Zacatecas.
Para el caso de los bienes culturales, es requisito que represente una obra maestra de la creación humana; que de testimonio de un intercambio de influencias durante un periodo o área cultural determinada; así como ofrecer un testimonio único o excepcional acerca de una tradición cultural o de una civilización.
Igualmente, debe representar un estilo de construcción o paisaje característico de un periodo significativo de la historia de la humanidad; constituir un ejemplo de establecimiento humano representativo de una cultura y estar relacionado con acontecimientos, tradiciones vivientes, creencias u obras excepcionales.
Continuando con la lista de nuestro país conforme al a la fecha de registro, encontramos a los Primeros monasterios del siglo XVI en las laderas del Popocatepetl; la Ciudad prehispánica de Uxmal; la Zona de monumentos históricos de Querétaro; el Hospicio Cabañas de Guadalajara; la Zona de monumentos históricos de Tlacotalpán, así como la Zona arqueológica de Paquimé (Casas Grandes).
También se agregan a la lista la Ciudad histórica fortificada de Campeche; la Zona de monumentos arqueológicos de Xochicalco; la Antigua Ciudad Maya y bosques tropicales protegidos de lakmul, Campeche; las Misiones franciscanas de la Sierra Gorda de Querétaro; la Casa-Taller de Luis Barragán; y las Islas y Áreas protegidas del Golfo de California.
Es preciso señalar que, cada candidatura debe ir acompañada de un expediente detallado que explique la razón por la que creen que ese bien tiene un valor universal y que aporte pruebas que aseguren que puede ser cuidado y protegido, posterior a esto se pasa a las organizaciones de expertos para su análisis y dictaminarían.
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Paisaje de agaves y antiguas instalaciones industriales de Tequila; el Campus central de la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México; la Reserva de biosfera de la mariposa monarca; la Villa Protectora de San Miguel el Grande y Santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco, así como el Camino Real de Tierra Adentro.
Las Cuevas prehistóricas de Yagul y Mitla en los Valles Centrales de Oaxaca; la Reserva de biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar; el Sistema hidráulico del acueducto del Padre Tembleque en nuestro hermoso estado de Hidalgo (2015); el Archipiélago de Revillagigedo; y, por último, se integra en el año 2018 el Valle de Tehuacán-Cuicatlán – Hábitat originario de Mesoamérica.
La etiqueta de “Patrimonio Mundial” es una denominación muy codiciada, además de la notoriedad que se adquiere, la UNESCO cuenta con una partida económica destinada a su preservación.