Jeimmy Itzel Martínez García, funcionaria del Poder Judicial de la Federación, denunció las graves consecuencias del acoso digital del que ha sido víctima durante los últimos dos meses.
Este tipo de violencia, agravada por la falta de legislación y la ineficiencia de las plataformas digitales, evidencia la vulnerabilidad de las personas frente a los ataques cibernéticos.
Martínez relató cómo ha sido objeto de una serie de publicaciones difamatorias y calumniosas en redes sociales, específicamente en grupos de Facebook con miles de miembros. Estas publicaciones incluyen acusaciones infundadas y absurdas, que van desde robo, acoso y desvío de fondos hasta situaciones inverosímiles como “robar hojas de laurel”.
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Además, se han creado perfiles falsos que utilizan su imagen y datos personales, exponiéndola a mayores riesgos, al punto de verse obligada a cerrar su cuenta de Facebook como medida de protección.
A pesar de haber acudido a la policía cibernética y presentar denuncias, la respuesta de las autoridades ha sido insuficiente.
Según su testimonio, las acciones de la policía cibernética se han limitado a clasificar números reportados como sospechosos, sin iniciar investigaciones para identificar al o los responsables.
De forma paralela, plataformas como Facebook no eliminan las publicaciones ni bloquean las cuentas responsables, dejando a las víctimas sin opciones reales para defender su integridad.
Un aspecto especialmente preocupante es que, desde 2019, el delito de difamación y calumnias fue derogado del Código Penal en el estado de Hidalgo, lo que deja a las personas afectadas sin herramientas legales para frenar este tipo de agresiones.
“No hay manera de protegerte”, señala Jeimmy, quien además advierte que no es la primera vez que el presunto acosador actúa de esta forma, pues se han registrado casos similares dirigidos a otras figuras públicas.
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El impacto emocional y personal ha sido significativo. Jeimmy admite haber experimentado altos niveles de estrés, temor por su seguridad y la de su familia, así como afectaciones en su vida cotidiana.
Sin embargo, ha decidido continuar con su vida, ignorar las publicaciones y enfocarse en sus objetivos personales y profesionales.
Al reflexionar sobre su caso, subraya la necesidad urgente de legislar en torno a la violencia digital.
“No se puede permitir este nivel de acoso y violencia a través de redes sociales”, afirma, al tiempo que hace un llamado a las autoridades y legisladores para crear mecanismos efectivos de protección para las víctimas.
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