Entre luces y sombras, mujeres mexicanas han sido reivindicadas por sus justos méritos, aunque algunas, irrebatible verdad, han sido agredidas, sin importar edades, algunas hasta perder la vida.
Empero, la lucha femenina no ha cedido y continúa, aunque veces numerosas la violencia se oriente para detenerlas.
En este compendio aparecen dos hechos que formalmente dieron pie a este ascenso social, si puede establecerse así como punto de partida público.
Por primera vez se les otorgó el libre derecho a sufragar, en elección de diputados federales en aquella muy lejana legislatura, la XLII, tras de que el presidente Adolfo Ruiz Cortines promulgó el 27 de octubre de 1953 las reformas constitucionales necesarias.
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Otro episodio no tan consecutivo, ocurrió en 1979 con Griselda Álvarez Ponce de León, quien postulada por los partidos Revolucionario Institucional y Popular Socialista se erigió en gobernadora de Colima. Logró 72,791 votos, más que suficientes para superar los 15,751 del aspirante panista Gabriel Salgado Aguilar.
La mandataria era originaria de Guadalajara, Jalisco (5 de abril 1913) y falleció en la Ciudad de México (26 de marzo 2009).
Antes había sido senadora. Curiosamente, su bisabuelo, general y constituyente Manuel Álvarez Zamora, fue mandatario colimense en 1857.
Posteriormente, luego de larga lucha por consolidar la paridad de género, en actividades públicas y políticas, se cristalizaron metas,
Pero en ese marco, también, parte de cerradas tinieblas, miles de mujeres fueron y han sido sacrificadas bárbaramente.
Un caso que lo ilustra es que en los primeros ocho meses de este 2021, se han registrado 22 homicidios dolosos 40 culposos en Hidalgo, y, además, 857 denuncias por lesiones dolosas y 426 culposas.
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En secuestros, en el mismo periodo, se enlistan tres, entre ellas una menor de 18 años, y, asimismo 11 niñas y adolescentes que cayeron en redes de corrupción.
Hoy, en el país, en estrictos marcos legales, representantes del antiguamente denominado sexo débil, han ganado gobernadoras, y en congresos federales y estatales entran en semejantes rangos que los varones, aunque, todavía no en municipios.
Plausible ejemplo de ascenso lo brindó el presidente del PAN en el estado, Cornelio García Villanueva, quien dijo que a finales del próximo noviembre se renovará la dirigencia que corresponderá a una mujer.
Será Hidalgo una de 14 entidades donde regirá este acuerdo de Acción Nacional.
En ese empeño de robustecer presencias, colectivos de feministas y madres de víctimas de feminicidio, se dieron cita en la Ciudad de México, ante al monumento donde se encontraba escultura de Cristóbal Colón y colocaron una figura femenina con el puño en alto.
Anticiparon que era acto de mero simbolismo, demandando el nombre donde la ubicaron de “Glorieta de las mujeres que luchan”.
También explicaron que era para reconocer a las mujeres “que han dado su vida y dejado todo para para construir y buscar justicia”, y también reconocieron: “es el movimiento más poderoso que hay en este país, pero consideramos que se ha invisibilizado”.
Para robustecer que puede escalar altas cimas, en Alemania, un día después, terminaron 16 años de gobierno de la canciller Angela Merkel, quien ya no contendió por un nuevo periodo.
La señora Merkel, quien se estimaba tenía una aceptación del 66 por ciento, se constituyó por innegables méritos como un referente de auténtico liderazgo en la Unión Europea.
Y como epílogo, surgió la información que la investigadora Lilia Cedillo Ramírez ganó elección por la rectoría de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Nunca antes en la BUAP una mujer había desempeñado tan distinguido cargo.
En México, ninguna mujer ha sido presidenta de la República, pero a lo mejor, en esta misma década llega una.
¿La importancia de llamarse Claudia?
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