Rebeliones Hugo martínez blanco y negro

Avándaro

A 50 años de que el Rock y México perdieron su “inocencia” en aquel ferviente bosque de coníferas de Valle de Bravo, la respuesta a la interrogante es contestada, ¿Cuál era el pensamiento de los asistentes?, era la exposición de letras de libertad, el poder de la canalización sublime de los acordes de las distintas bandas que se manifestaron en el festival, teniendo de espectadores a más de 500 mil personas, (nunca antes vuelto a congregar). 

Fuera de filias y fobias, la historia ocurrida el 11 y 12 de septiembre, va más allá que las declaraciones de Luis de Llano y de Justino Compeán, quienes al parecer resultaron ser los beneficiados en materia de capital, cosa contraria a la esencia del resto de los protagonistas, y es que solo hace falta echar un vistazo a la carrera de estos personajes, el primero se convirtió en productor y director de Televisa, cubriendo grandes eventos deportivos como los juegos olímpicos, culturales y de espectáculos, (actualmente escribe libros y en medios impresos), el segundo fue director de la FEMEXFUT, Vicepresidente de la Concacaf, Presidente del estadio Azteca y un sinfín de cargos en el mundo deportivo. 

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Sin embargo lo rescatable es el momentum histórico que la memoria del 68 y la matanza del “Jueves de Corpus” El Halconazo del 71 seguían tan presentes, lo que hizo temblar las esferas del poder político, del gobierno federal y de los intereses mezquinos de quienes siempre han querido controlar a la sociedad.  

Otra sería la historia ya que una generación de poco más de 30 años manifestaba su libertad, ellos, los antagonistas estuvieron a punto de generar una redada, la masa de asistencia fue brutal, la carrera de coches y el picnic se convirtieron en un universo de creatividad, es por ello que fue censurado a partir de ese momento transmitir eventos de rock, pero sobre todo fueron vetados por el Estado mexicano.  

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La intolerancia fue detenida, los ojos de Latinoamérica y algunas otras partes del mundo estaban puestas en Valle de Bravo, una nueva forma de manifestarse se gestó, a pesar de las condiciones, el festival construyo una nueva forma de comunicación ¡Avándaro!.   


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